La tragedia del tren de Odisha fue provocada por un fallo del sistema técnico

Un fallo técnico en el sistema de señalización ha sido identificado como la causa del devastador accidente ferroviario del viernes en el distrito de Balasore, en Odisha, que causó 288 muertos y más de 1.000 heridos, según el ministro de Ferrocarriles, Ashwini Vaishnaw.

En declaraciones a la prensa, Vaishnaw confirmó que el problema subyacente guardaba relación con la máquina de agujas y el sistema de enclavamiento electrónico. Se trata de un término técnico que hace referencia a un complejo sistema de señales diseñado para evitar que los trenes colisionen ordenando su movimiento en las vías, y este funcionó mal, provocando el fatal incidente.

"Se ha identificado la causa del horrible incidente y a los responsables. No quiero entrar en detalles. Dejemos que se publique el informe", declaró Vaishnaw.

El enclavamiento electrónico es una disposición de aparatos de señalización que impide los movimientos conflictivos entre trenes a través de una disposición de vías. Se trata básicamente de una medida de seguridad para evitar que las señales se modifiquen en una secuencia inadecuada. El objetivo de este sistema es que ningún tren reciba la señal de proceder a menos que se demuestre que la ruta es segura.

Entretanto, ha salido a la luz que el director principal de operaciones de la zona ferroviaria suroccidental había advertido de graves fallos en el sistema, el 9 de febrero, planteando su preocupación por el fallo de señalización de un tren expreso que se evitó gracias al estado de alerta del piloto de una locomotora. Cabe señalar que el funcionario insistió en que si el sistema de mantenimiento de señales no se supervisaba y corregía inmediatamente, podría dar lugar a "reincidencias y accidentes graves".

Tras el desastroso accidente, algunos expertos han destacado un informe de auditoría de los ferrocarriles presentado en el Parlamento en septiembre del año pasado, en el que se señalaban graves deficiencias en la seguridad ferroviaria. El informe 2022 sobre descarrilamientos en los ferrocarriles indios pretendía averiguar si el Ministerio de Ferrocarriles había establecido y aplicado claramente medidas para evitar descarrilamientos y colisiones.

En él se señalaban como graves problemas las deficiencias en las inspecciones, la ausencia de informes de investigación tras los accidentes o la no aceptación de los mismos, la no utilización de un fondo específico para ferrocarriles en tareas prioritarias, la tendencia a la baja en la financiación de la renovación de las vías y la insuficiencia de personal en las operaciones de seguridad. El documento también señala fallos en el Sistema de Gestión de Vías, que está siendo objeto de un amplio debate tras el último accidente ferroviario.

Mientras el Congreso agudizaba el domingo su ataque contra el partido republicano BJP por la tragedia ferroviaria de Odisha, la secretaria general del Congreso, Priyanka Gandhi Vadra, afirmó que deben depurarse responsabilidades y que el ministro de Ferrocarriles, Ashwini Vaishnaw, debe dimitir.

Desesperados familiares siguieron el domingo la pista de sus seres queridos desaparecidos tras la peor catástrofe ferroviaria ocurrida en India en décadas, y se prevé que el número de muertos supere los 300, mientras las autoridades siguen buscando pistas sobre el origen del accidente. En el lugar del siniestro los escombros se apilaban por todas partes, junto con los compartimentos destrozados y la sangre derramada entre los restos de algunos vagones.

La secuencia exacta de los hechos sigue siendo confusa, pero según los informes, un error de señalización hizo que el Coromandal Express, que iba de Calcuta a Chennai en dirección sur, se saliera de la vía. El tren chocó contra un tren de mercancías y los restos del choque hicieron descarrilar un expreso que circulaba hacia el norte desde Bengaluru, centro tecnológico de la India, hasta Calcuta, que también circulaba por la zona.

El primer ministro, Narendra Modi, visitó el lugar del accidente y a los pasajeros heridos que están siendo atendidos en el hospital, y afirmó que "ningún responsable" saldrá indemne. "Rezo para que salgamos de este triste momento lo antes posible", declaró a la cadena estatal Doordarshan.

Un instituto cercano al lugar del accidente fue convertido en morgue improvisada, aunque las autoridades señalaron que muchos de los cadáveres presentaban tal grado de desfiguración que las familias consternadas apenas pueden reconocer a sus seres queridos gracias a algunas de sus alhajas. Asimismo, se han emitido teléfonos para acudir a los bancos de sangre y realizar donaciones y en las últimas horas han recibido 2.000 llamadas pidiendo participar.

Según las autoridades, las víctimas estaban siendo atendidas en todos y cada uno de los centros hospitalarios entre el lugar del accidente y la capital del estado, Bhubaneswar, a unos 200 kilómetros de distancia. Para trasladarlas se desplegaron unas 200 ambulancias, e incluso autobuses. Las labores de rescate se dieron por concluidas el sábado por la tarde, después de que el personal de emergencia rastreara los desvencijados destrozos en busca de supervivientes y depositara decenas de cadáveres en camiones para ser evacuados.

India tiene una de las mayores redes ferroviarias del mundo y ha sido testigo de varias catástrofes a lo largo de los años, la peor de ellas en 1981, cuando un tren descarriló al cruzar un puente en Bihar y se precipitó al río, matando entre 800 y 1.000 personas. El del viernes es el tercer peor accidente y el más mortífero desde 1995, cuando dos trenes expresos chocaron en Firozabad, cerca de Agra, causando más de 300 muertos.

La catástrofe se produce a pesar de las nuevas inversiones y actualizaciones tecnológicas que han mejorado notablemente la seguridad ferroviaria en los últimos años.