
Carisma
Trump acaricia el Nobel de la Paz, que se falla mañana
El presidente de EEUU nunca ha ocultado que su máxima aspiración es obtener el preciado galadrón

Donald Trump no disimula su ambición: quiere ganar el Premio Nobel de la Paz. El expresidente estadounidense ha hecho de esa meta una campaña pública y sin precedentes, asegurando que sería “una gran ofensa” si no lo recibe. Pero en Oslo, donde el comité noruego decidirá el ganador, predomina el escepticismo.
Expertos en relaciones internacionales consideran que las presiones abiertas del magnate van en contra del espíritu del galardón. “Decir constantemente ‘yo merezco el premio’ no es un gesto muy pacífico”, señaló Nina Graeger, directora del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo. Aunque en el pasado algunos gobiernos impulsaron discretas campañas, como Corea del Sur en 2000, la estrategia de Trump es más ruidosa y personal.
El expresidente sostiene que su papel en la pacificación de Oriente Medio lo hace merecedor del Nobel. Esta semana, anunció que Israel y Hamás habrían acordado la primera fase de un alto el fuego en Gaza, un avance que busca consolidar antes del anuncio oficial del premio. “Si logra un acuerdo real en Gaza, sería un punto a su favor”, reconoció un diplomático europeo.
Trump también ha mencionado el Nobel en conversaciones con funcionarios noruegos, incluido el exsecretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lo que ha llevado al gobierno de Noruega a recordar la independencia del comité. En Estados Unidos, al menos cinco congresistas republicanos han enviado cartas de nominación. “Trump merece el Nobel muchas veces”, declaró el legislador Brian Mast.
Sin embargo, los críticos advierten que su búsqueda del galardón tiene un componente político y simbólico: un intento de corregir lo que considera una injusticia tras el premio otorgado a Barack Obama en 2009. “Si me llamara Obama, ya lo habría ganado hace diez segundos”, bromeó recientemente.
En Oslo, pocos creen que el comité ceda ante la presión. Algunos observadores incluso sugieren que podría elegir a una organización humanitaria o defensora de derechos humanos, precisamente para reafirmar su independencia. “Sea quien sea el ganador”, resumió un diplomático europeo, “este debate demuestra que seguimos viviendo en el mundo de Trump”.
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