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Trump cancela su desfile militar por el alto coste

El presidente culpa a Washington del desorbitado gasto y el Pentágono posterga la marcha hasta 2019

Donald Trump en el Air Force One
Donald Trump en el Air Force Onelarazon

El presidente culpa a Washington del desorbitado gasto y el Pentágono posterga la marcha hasta 2019.

No habrá desfile. El gozo de un presidente, Donald Trump, triturado por las malditas componendas presupuestarias y la evidente dificultad de justificar cerca de 92 millones de dólares, 80 millones más de lo acordado. Los que hubieran sido necesarios para sufragar el magno paseo armamentístico, el soberbio cortejo castrense, con el que la actual Casa Blanca planeaba celebrar a las tropas y, de paso, posar ante el mundo. Un evento habitual en otros lugares del mundo, pero no tanto en EE UU. Poco acostumbrados a semejantes exhibiciones excepto en instancias excepcionales, y eso por más que las tropas sean orgullo nacional más allá de la discusión partidista.

La idea del desfile llegó allá por julio de 2017, cuando un deslumbrado Trump asistió como invitado al desfile de 14 de julio en París. Hasta que el Pentágono, en un sobrio comunicado, informó, por boca de coronel Rob Manning, portavoz del Departamento de Defensa, de que la Casa Blanca «había planeado un desfile para honrar a los veteranos militares de EE UU y conmemorar el centenario de la I Guerra Mundial», previsto, en principio, para el 10 de noviembre de 2018, «pero ahora han acordado explorar oportunidades en 2019».

Ni que decir tiene que Trump encontró rápidamente a los culpables: «Los políticos locales que dirigen (pobremente) Washington D.C.», escribió en Twitter, «no saben distinguir una oportunidad delante suyo. Cuando se nos pidió que nos dieran un precio por celebrar un gran desfile militar de celebración, dieron uno tan ridículamente alto que lo cancelamos». Inmediatamente le desmintió la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, que afirmó la estimación de que el Gobierno federal tendría que desembolsar alrededor de 21,6 millones de dólares para cubrir el desfile.

Uno de los grandes problemas logísticos es que parte del presupuesto debía de salir de la partida normalmente asignada a las inauguraciones presidenciales y festejos similares, y que este año carecía prácticamente de dinero. El otro, que más de 50 millones de dólares debían de salir del Pentágono. A pesar del monumental presupuesto para el próximo ejercicio, no parece que hubiera hueco para la fiesta nacional que proyectaba el presidente.

Todos tranquilos: a falta de su cortejo en Washington, Trump asistirá «al gran desfile ya programado en la Base Aérea de Andrews en una fecha diferente» y «al desfile de París, celebrando el final de la guerra, el 11 de noviembre». Pero como la esperanza, y el populismo, nunca mueren, si acaso mutan, añadió que «tal vez hagamos algo el próximo año en D.C. cuando el presupuesto sea MUY BAJO». Entre tanto, toca consolarse: «¡Ahora podemos comprar más aviones de combate!». Aunque los precios varían, algunos modelos incluso superan los 92 millones de dólares.