EE UU
Trump lanza su propia compañía de telefonía móvil "Made in America"
Trump Mobile asegura que todos los componentes de sus dispositivos, que aún no están a la venta, están fabricados en EE UU
Estados Unidos sigue sin aclarar si intervendrá directamente en la guerra entre Irán e Israel, pero Donald Trump no deja dudas de que no quiere perderse ni un solo detalle. El presidente estadounidense necesita mostrarse firme, en control, y si para ello tiene que dejar plantados a los mandatarios de las seis economías más avanzadas del mundo en un lugar remoto de Canadá, que así sea. Ante el aumento de la tensión en Medio Oriente, Trump puso rumbo a Washington el lunes por la noche de manera repentina después de lanzar una peligrosa advertencia a los iraníes a través de sus redes sociales, ¨ evacuen inmediatamente¨ Teherán, capital de Irán.
Su homólogo en Francia, Emmanuel Macron, trató de calmar los nervios asegurando que el líder estadounidense marchaba con prisas para trabajar en un alto al fuego entre Israel e Irán, pero parece que a Trump no le ha gustado que justificara su marcha y arremetió contra el francés en sus redes sociales, acusándolo de buscar ¨publicidad¨, y asegurando que se equivocaba en los motivos de su inesperado regreso a la capital estadounidense, ¨ ¡Incorrecto! No tiene ni de por qué estoy ahora camino de Washington, pero desde luego no tiene nada que ver con un alto al fuego. Es mucho más importante. Sea a propósito o no, Emmanuel siempre se equivoca¨.
El martes por la mañana, Trump se reunía con su equipo de Seguridad Nacional y utilizaba de nuevo las redes sociales para lanzar otro importante mensaje, ¨sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ¨Líder Supremo¨. Es un blanco fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora…¨. Trump debe estar midiendo muy bien sus decisiones, unirse a Israel en esta contienda le llevaría a enfrentarse a Irán directamente, justo lo que juró y prometió que nunca haría en sus dos campañas electorales. Además, Irán ha dejado claro que la participación de Washington en el conflicto tiraría por tierra cualquier intento de alcanzar un acuerdo de desarme nuclear iraní.
Con estas bases, el presidente norteamericano se encuentra en un punto de inflexión, con un tenso tira y afloja que a veces le lleva a lanzar mensajes contradictorios. Como anunciar que va a enviar a su vicepresidente, JD Vance, y a su enviado especial en Medio Oriente, Steve Witkoff, para que se reúnan con los iraníes y negocien, pero poco después cambiar de opinión y asegurar que ¨no tengo muchas ganas¨ de trabajar en un acuerdo con Irán. Cuál es realmente su plan, es algo completamente desconocido.
Trump podría levantar el teléfono y frenar al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ¨para volver a la diplomacia¨, o al menos, eso cree el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi. Puede ser una opción para que Irán deje de aumentar el enriquecimiento de uranio en su terreno, un material indispensable para la fabricación de combustible nuclear. En este sentido, la inteligencia norteamericana apunta a que a Irán todavía le quedan años de trabajo para poseer un arma nuclear. Sin embargo, Israel no lo ve igual, y asegura que el país iraní está a punto de desarrollar una bomba, pretexto que ha utilizado para atacar a su enemigo.
Mientras la situación en Medio Oriente se vuelve cada vez más tirante, en Alberta, Canadá, se siguió celebrando ayer el ahora `G6´ tras la marcha de Trump. Algunos consiguieron aprovechar las pocas horas que el político `más codiciado´ del mundo, con el que todos aspiran a reunirse, pasó en la cumbre. Uno de ellos fue el primer ministro británico Keir Starmer, que consiguió que Gran Bretaña y EE. UU. firmaran un acuerdo comercial. También tuvo su audiencia con Trump el líder canadiense, Mark Carney, cuyo país este año era el anfitrión de la cumbre.
Trump se fue de allí saltándose las reuniones con el presidente ucraniano Volodymir Zelenski, y la presidente mexicana, Claudia Sheinbaum, pero firmando una declaración que respaldaba a Israel y criticaba a Irán. Lo hizo después de varios cambios en el borrador inicial, y sin estar muy de acuerdo con el documento. No han trascendido los cambios que EE. UU. exigió para su aprobación, pero según una información que revela el Washington Post, el escrito omitía la última versión en la que se exigía moderación tanto a Israel como a Irán. El comunicado reiteraba que Irán no podía poseer un arma nuclear, ¨instamos a que la resolución de la crisis iraní conduzca a una desescalada más amplia de las hostilidades de Oriente Medio, incluido un alto al fuego en Gaza¨. Que aparezca la firma de Trump en ese documento es toda una victoria para los impulsores del acuerdo, que han conseguido una alianza unánime sin enfadar al mandatario estadounidense.