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Trump pone esta imaginativa condición a Turquía para venderle los aviones F-35

EEUU plantea a Erdogan desmontar los componentes críticos del sistema ruso S-400 o reubicarlo en un sitio controlado por Estados Unidos

Cazas Lockheed Martin F-35B Lightning II en el portaaviones HMS Queen Elizabeth
Cazas Lockheed Martin F-35B Lightning II en el portaaviones HMS Queen ElizabethKATIA CHRISTODOULOUAgencia EFE

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaría dispuesto a reactivar la participación de Turquía en el, siempre y cuando Estambul tome medidas drásticas sobre el sistema de defensa ruso S-400 adquirido por Ankara en los últimos años. Según informaciones de medios americanos, el inquilino de la Casa Blanca ha hablado con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan para buscar fórmulas que permitan a la fuerza aérea turca operar aviones de quinta generación estadounidenses.

La condición propuesta implicaría desmontar componentes críticos o incluso reubicar el sistema S-400 en un sitio controlado por Estados Unidos dentro del territorio turco. Esta medida se plantea como el requisito indispensable para levantar las sanciones impuestas a Turquía y, con ello, permitirle retomar su participación en el programa de F-35. EEUU considera incompatible que uno de sus socios tenga el F-35 y al mismo tiempo el sistema defensivo ruso S-400, diseñado para derribar aviones y misiles estadounidenses.

El conflicto tiene raíces profundas. En 2017, Turquía adquirió el sistema S-400 a Rusia por 2.500 millones de dólares, lo que generó una fuerte reacción en Washington y dentro de la OTAN. Las autoridades estadounidenses alertaron que la presencia del S-400 comprometía la seguridad y la interoperabilidad, especialmente en lo concerniente a las avanzadas capacidades furtivas de los F-35. Como consecuencia, la administración estadounidense impuso sanciones y, en 2019, Turquía fue expulsada formalmente del programa F-35, pese a haber invertido más de mil millones de dólares y haber sido un socio industrial clave.

Mientras tanto, el país ha seguido fortaleciendo su capacidad aérea. La Fuerza Aérea Turca opera más de 230 cazas F-16, muchos de ellos fabricados localmente por Turkish Aerospace Industries (TUSAŞ), y recientemente se aprobó la venta de 40 nuevos F-16 Block 70, aunque las negociaciones han experimentado avances. Además, Ankara no descarta diversificar sus opciones adquiriendo cazas Eurofighter Typhoon o impulsando su propio proyecto de caza de quinta generación, el KAAN.

El gesto de Trump al plantear la condición sobre el S-400 podría abrir la puerta a una normalización de las relaciones en materia de defensa entre Estados Unidos y Turquía, socios y miembros de la OTAN. Reingresar al programa F-35 no solo elevaría el poderío aéreo turco, dotándolo de capacidades de sigilo, fusión de sensores y redes de batalla de nueva generación, sino que también reafirmaría su papel estratégico en la OTAN.

Sin embargo, la decisión no está exenta de controversia. Fuentes no oficiales indican que el enfoque de Trump podría buscar maneras de sortear las restricciones impuestas por el sistema de sanciones de EEUU CAATSA mientras se revisan los términos del acuerdo de venta de aviones. La administración estadounidense está evaluando cómo avanzar en medio de un panorama geopolítico cada vez más complejo, donde las alianzas y las lealtades militares se ponen a prueba.

Mientras tanto, las negociaciones entre el Ministerio de Defensa de Turquía y el fabricante de cazas Lockheed Martin continúan. Ankara se enfrenta ahora al dilema de cumplir con las demandas de Washington o continuar por el camino de la independencia tecnológica y la diversificación de sus sistemas de defensa.