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Ucrania: un acuerdo entre el luto y la rabia

Los manifestantes, acampados en la plaza de la Independencia de Kiev
Los manifestantes, acampados en la plaza de la Independencia de Kievlarazon

El Parlamento ucraniano restituye la Constitución de 2004, lo que limitará notablemente las facultades del jefe del Estado en favor del Legislativo y aprueba una amnistía incondicional para todas las personas detenidas.

Tres meses de protestas, 77 fallecidos –sólo el jueves, según el Ministerio del Interior– y cientos de heridos han hecho falta para que el presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, acepte un acuerdo político, punto por punto, que la oposición llevaba repitiendo desde el inicio de la crisis.

El pacto entre todas las partes, incluido el Consejo Civil de Maidan, incluye la convocatoria de elecciones presidenciales antes de que termine el año; la formación de un Gobierno de unidad en menos de dos semanas y la vuelta a la Constitución de 2004. Además, el Parlamento ucraniano ha aprobado también el cambio del Código Penal para liberar a la ex primera ministra Yulia Timoshenko, condenada a siete años de cárcel por abuso de poder. El acuerdo fue recibido con alivio por los políticos y el resto del mundo, pero entre los manifestantes se mantiene la desconfianza y siguen pidiendo la dimisión inmediata de Yanukovich.

El Parlamento ucraniano vivió ayer una de las jornadas más importantes para el futuro de su país. Bajo la presión de la calle y con fuertes encontronazos entre los diputados, la denominada Rada Suprema ratificó por 386 votos a favor la hoja de ruta para restablecer la paz. El acuerdo ha contado con la mediación de representantes de la Unión Europea; en cambio, la firma rusa no aparece en el documento suscrito por Yanukovich y la oposición, a pesar de estar presente en las conversaciones.

El acuerdo supone un revés para el líder ruso Vladimir Putin, quien ha hecho de una Unión Euroasiática liderada por Moscú una pieza clave de sus esfuerzos por reunir la mayor parte posible de la ex Unión Soviética en su órbita. Su mediador en las negociaciones mostró sus dudas a su regreso a Moscú: «Ciertas preguntas aún persisten; las consultas continuarán, éste es un proceso anormal». Queda por solucionar la desconfianza y tensión que impera en Maidan tras el pacto. Después de la sangre derramada esta semana, los ucranianos no creen que se cumpla lo pactado, sólo la marcha de Yanukovich cerraría la crisis, dicen.

Las primeras reacciones en la plaza de la Independencia al conocer el acuerdo fueron de rabia e indignación. «No es suficiente, Yanukovich es un criminal, tiene que dimitir e irse a la calle», explica Ivanna, ingeniera industrial de 35 años. Y añadía: «No nos iremos de Maidan hasta que veamos los cambios». La mayoría rechaza el acuerdo político porque no es inmediato. Para convocar elecciones hay que esperar tres meses como mínimo desde que el presidente comparezca en la Rada Suprema. Lo que sí parece más inminente es el retorno a la Constitución de 2004, que podría llevarse a cabo en 48 horas, según los plazos de la oposición. También el plazo de diez días para formar un gobierno de unidad nacional. También se ve factible la amnistía para los detenidos en las protestas, pero as primeras líneas de las barricadas seguían anoche ocupadas por los manifestantes más radicales, que no quieren dejar sus puestos. «Todavía no hemos ganado, nos han disparado, hemos perdido a muchos compañeros. Yanukovich tiene que estar en la cárcel. No entendemos cómo la oposición ha negociado con un dictador», explica Igor, un joven estudiante de Ingeniería Informática, que perdió a su mejor amigo por los disparos de los francotiradores justo al lado del hotel Ucrania. «No me moveré de aquí hasta que todos los corruptos abandonen el Parlamento», sentencia Vladimir, un conductor retirado que intenta aguantar después de cuatro semanas durmiendo en un autobús a las afueras de la capital.

Ayer se celebraban tres meses desde el inicio de las protestas cuando Yanukóvich se negó a firmar un acuerdo de libre comercio con la UE. Después de estos 90 días de protestas el motivo de la ira de los manifestantes ha cambiado por completo. Apenas quedan restos del sentimiento europeísta. La dimisión y encarcelación de Viktor Yanukovich es lo que los mueve. Pero ayer, al menos, los disparos cesaron y la esperanza se abre paso entre el luto y la rabia.