Elecciones en Francia

¿Y qué harían si llegaran al poder?

El futuro del país será muy diferente en función de quién gane hoy en las urnas. Sus programas son antagónicos en aspectos como la UE, la economía o la inmigración

¿Y qué harían si llegaran al poder?
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El programa de Macron

Reforma laboral y recorte del subsidio de desempleo

El candidato centrista pondrá en marcha de inmediato una reforma de las normas de trabajo que tendrá como objetivo «simplificar la ley laboral». La reforma, que se aplicará legislando por decreto, contempla, entre otras medidas, la reformulación radical del derecho al seguro de desempleo, así como del sistema de jubilaciones que actualmente absorbe el 14% del Producto Interior Bruto (PIB). Con su plan, Macron pretende ahorrar 60.000 millones de euros por una reducción del subsidio asociado a una reducción del paro al 7% al final del quinquenio, y a la mejora de la eficiencia de dicha prestación. Asimismo, el candidato quiere reducir los costes sociales en los contratos de los sueldos más bajos, lo que aumentará el salario neto de los trabajadores. Aunque pretende consensuar las medidas con sindicatos y empresarios, la iniciativa amenaza con abrir un frente en la calle al nuevo presidente, que estaría dando otra vuelta de tuerca a la impopular reforma laboral aprobada por decreto por el Gobierno socialista del que él formaba parte.

Moralización y recorte de privilegios de la clase política

Emmanuel Macron ha anunciado que, de convertirse en el próximo presidente de la República, su Gobierno elaborará sin pausa una ley de moralización pública. El proyecto contempla prohibir a los parlamentarios contratar a familiares o trabajar como consejeros en la empresa privada, así como reducir a tres sus mandatos. Los ingresos de los diputados, que deberán estar limpios judicialmente, serán fiscalizados y todos los gastos tendrán que ser justificados. Para evitar el conflicto de intereses, se prohibirá que sus señorías ejerzan labores de asesoría empresarial. Asimismo, quiere reducir el número de diputados y senadores y agilizar los trámites para la elaboración de las nuevas leyes. En un intento de acercar su gestión presidencial al Poder Legislativo y a la población, se ha comprometido asimismo a comparecer una vez al año en una especie de Discurso del Estado de la Unión ante el Congreso de Versalles, que reúne a la Asamblea Nacional y al Senado. Algo a lo que el presidente de la República no está obligado.

Relanzar el proyecto europeo y poner fin a la austeridad

El líder de En Marcha quiere acelerar la construcción europea, debilitada por el Brexit. «Europa está bloqueada desde hace años» y con ella «Francia también», se lamenta. Quiere trabajar en la refundación de la UE con Angela Merkel, fomentando y apuntalando el eje franco-alemán para crear una Unión más eficaz y cercana a los ciudadanos, pero sin reformar los tratados. De alcanzar la presidencia, la primera cita en la agenda internacional de Macron será reunirse con Merkel, además de visitar a las tropas francesas en el extranjero, en especial a los 3.500 soldados desplegados en Mali. quiere reforzar también con 5.000 efectivos la agencia europea Frontex. Apuesta por una «zona euro óptima» con un presupuesto y un ministro de Economía comunes, y es contrario a una austeridad que perjudica el consumo y el poder adquisitivo de la población. En aras de mejorar la eficacia de las políticas, es partidario de aplicar el principio de subsidiariedad para repartir con claridad las competencias entre el nivel europeo, nacional, regional y local.

La empresa privada como gran motor del crecimiento

Emmanuel Macron confía en la empresa privada como motor de la economía, como la mejor vía para relanzar el crecimiento y crear empleo. No por casualidad antes de ser nombrado ministro de Economía de François Hollande en agosto de 2012 pasó varios meses en Sillicon Valley (California), semillero de las empresas tecnológicas más punteras. Para ello, el líder de En Marcha pondrá de inmediato medidas que ayuden a la «simplificación» administrativa que beneficiarían, sobre todo, a la pequeña y mediana empresa. Su meta es que nazcan más PYMES gracias a la reducción de los requisitos legales. Aunque defiende la vigencia de la ley de las 35 horas, el aspirante social liberal al Elíseo desea que la extensión de la jornada laboral sea negociada en cada empresa por patrones y trabajadores según sus propias necesidades. También quiere eliminar la superposición de las normas nacionales y europeas, y crear un estándar nuevo para normas adaptadas en lo que respecta a leyes fiscales, sociales y/o relacionadas con el derecho laboral.

Nueva ley educativa contra el fracaso escolar y la desigualdad

El ex ministro de Economía y ahora candidato a la presidencia de la República pondría en marcha esta reforma el curso que viene y afectaría principalmente a la escuela primaria, reduciendo significativamente el número de alumnos por clase de los 24 actuales a sólo doce. Uno de los grandes objetivos de la reforma es luchar contra el fracaso escolar y las desigualdades educativas especialmente en los barrios más populares. «Dar más a quien tiene menos», resume el candidato social liberal. Macron dará prioridad a la educación primaria «porque de ahí parten las graves desigualdades» del sistema francés, así como a la formación profesional. Durante el próximo curso ya se beneficiarán de este cambio unas 12.000 aulas francesas, aunque habrá que esperar a los dos próximos para su completa implementación en el país. La medida obligará a contratar a 5.000 maestros, que se sumarán los 61.000 del mandato de François Hollande que ahora termina. Además, los profesores que trabajen en los barrios más conflictivos verán mejorada su remuneración salarial.

El programa de Le Pen

Referéndum para el «Frexit» y cohabitación del euro y el franco

Marine Le Pen pondría en marcha la maquinaria para desligarse de la Unión Europea y lo intentaría con un referéndum, como ha sucedido en Reino Unido. El Frente Nacional, enfrascado en lo que denomina «patriotismo pragmático», negociaría con Bruselas lo que llama las cuatro «soberanías»: la monetaria, la legislativa, la territorial y la económica. Sin embargo, ante el rechazo del 70% de los franceses a abandonar el euro, la líder del FN ha modulado en las últimas semanas su discurso y ahora habla de una cohabitación entre la moneda única, que sería utilizada por las empresas paras sus transacciones internacionales, y el franco, que sería la divisa que emplearían los franceses en su día a día. Lo mismo se puede decir del cacareado referéndum sobre la permanencia en la UE. En un principio, Le Pen habló de convocarlo seis meses después de llegar al Elíseo y ahora lo retrasa a dentro de dos años. Y es que sobrevolando sobre ella permanece la losa de haber prometido que dimitiría en caso de perder la consulta.

Blindaje contra los inmigrantes y recorte de sus derechos

La candidata de la ultraderecha no tiene pensado demorar lo más mínimo las medidas para evitar la llegada de extranjeros a Francia, excepto los turistas, una gran fuente de ingresos con 80 millones de entradas al año. Le Pen habla de implantar una moratoria sobre la inmigración legal, lo que se traduce en frenar la concesión de visados de larga duración, ya sea por motivos familiares, por causas humanitarias o por motivos profesionales. Según su programa electoral, quiere reducir los 200.000 inmigrantes que, según sus cálculos, entran en Francia cada año, a sólo 10.000, y prevé aplicarlo este mismo año. Asimismo, en aras de frenar la llegada al Hexágono de irregulares en busca de una vida mejor, Le Pen ha prometido desmantelar todos los campamentos de inmigrantes que hay en el país con un gran despliegue mediático y de publicidad. Los «sin papeles» no sólo no podrán regularizar su situación en Francia, sino que se verán privados de la sanidad pública y la educación será un derecho sólo garantizado para los ciudadanos franceses.

Combatir el terrorismo yihadista con el cierre fronterizo

Como principal medio para «luchar contra la inmigración ilegal y el terrorismo», si llega hoy al Elíseo, Marine Le Pen abandonará el espacio Schengen, que permite la libre circulación de personas entre los países europeos firmantes del acuerdo. El Frente Nacional volverá a reconstruir los puestos fronterizos, una ardua y costosa tarea, ya que la gran mayoría de infraestructuras fronterizas están desmanteladas desde hace décadas. Pero como en el caso de Reino Unido con el Brexit, la líder ultra ha hecho de la recuperación del control de las fronteras una de sus promesas estrella de la campaña para «responder a una urgencia económica social y de seguridad». Según la candidata frontista, esta iniciativa será prioritaria en su mandato y contribuirá especialmente a la lucha contra el terrorismo yihadista que, en su opinión, se beneficia de las debilidades de la Europa sin fronteras. En todo caso, ella misma reconoce que no podrá poner marcha el 70% de su programa si no alcanza antes a un acuerdo con el resto de socios de comunitarios.

Expulsión inmediata de los extranjeros fichados

La candidata del FN pondría en marcha de inmediato la expulsión de los extranjeros fichados por los servicios de seguridad franceses por suponer un riesgo para la seguridad, los conocidos como fichas «S». En el caso de que en la lista negra haya ciudadanos binacionales, se les despojaría de la nacionalidad francesa, una medida que sólo podría aplicarse reformando la Constitución. Este cambio debería de ser sancionado por referéndum o contando con el apoyo de las tres quintas partes de las dos Cámaras del Parlamento. Ya lo propuso el presidente saliente, François Hollande, y tuvo que renunciar ante la lluvia de críticas, incluso en el seno del Partido Socialista. El propio Emmanuel Macron, que rechaza la medida, le preguntó a su rival en el último debate y único debate antes de la segunda vuelta si de verdad creía que la pérdida de la nacionalidad francesa iba a disuadir a los radicalizados dispuestos a atentar y perder la vida en el intento. La expulsión de Francia, en todo caso, se extendería a todo aquel extranjero que cometa un delito.

Bajada de impuestos y derogación de la reforma laboral

Como medida económica de urgencia, Le Pen bajaría los impuestos del IRPF (un 10% a los tres tramos más bajos) y a las PYMES, aunque son numerosos los expertos económicos que sostienen que la propuesta beneficiaría a los salarios más altos. Asimismo, en un intento de seducir a las clases medias, la candidata ultraderechista promete aumentar las ayudas a la tercera edad y a la infancia y al pago de los suministros domésticos como el gas y la electricidad, así como favorecer la igualdad económica entre hombres y mujeres. Promete también rebajar la edad de jubilación de los actuales 62 años a 60 y mantener la semana laboral de 35 horas, pero eliminando los impuestos que ahora gravan las horas extras. Sin demasiada precisión promete rebajar el déficit y la deuda pública con sus medidas proteccionistas y luchando de forma decisiva contra el fraude fiscal. Finalmente, en un claro guiño a la izquierda, Le Pen promete derogar la reforma laboral de Hollande, que ha llevado durante meses a los sindicatos a las calles de toda Francia.