La Razón del Domingo

Protección alemana para el príncipe Carlos

En manos de su mayor adversario

Protección alemana para el príncipe Carlos
Protección alemana para el príncipe Carloslarazon

Scotland Yard le ha recomendado al príncipe que, por su seguridad, deje su Rolls-Royce por un inexpugnable BMW 760.

Las relaciones entre el Reino Unido y Alemania nunca han sido tan cercanas. Y no precisamente por el «feeling» que muestran David Cameron y Angela Merkel durante las reuniones en Bruselas en las que tratan sobre el futuro de la Unión Europa. Nada más lejos de la realidad. Los vínculos entre ambos países se están tejiendo en las altas esferas. Y es que, por primera vez en la historia, Buckingham Palace va a confiar en una potente máquina con sello alemán para proteger al heredero de la corona. El asunto es serio porque palacio no deja la seguridad del príncipe Carlos en manos de cualquiera.

El que fuera marido de Lady Di, ahora casado felizmente con Camilla, es gran amante de las excentricidades y hasta la fecha siempre había preferido desplazarse en su Rolls-Royce de estilo «vintage» cada vez que sus obligaciones le obligaban a tener que coger medio de transporte. Pero ahora Scotland Yard está probando un potente BMW valorado en 300.000 libras para darle mayor protección. Y francamente, por los detalles que se van filtrando en la Prensa –la Policía Metropolitana se niega a confirmar o desmentir informaciones sobre seguridad de la Corona– más que un coche, el vehículo parece una muralla acorazada equipada con alta tecnología.

Para empezar, el BMW está repleto de sensores y es capaz de repeler las balas y los gases tóxicos. En definitiva, un diseño que quiere impedir que se repita el ataque que sufrió la pareja real en 2010, cuando su Rolls-Royce fue rodeado y zarandeado por la multitud durante una manifestación de protesta contra la subida de las matrículas. El episodio terminó con una de las ventanillas rotas.

Entregado a Scotland Yard el pasado diciembre para ser analizado, los fabricantes del BMW 760 aseguran que se trata del coche más seguro del mundo, a excepción eso sí, de «La Bestia», el apodo que recibe el Cadillac del presidente Barack Obama.

El coche alemán, que muy pronto podría convertirse en el vehículo oficial del príncipe Carlos y su esposa, cuenta con parabrisas antibalas –desmontables en caso de que la pareja tuviera que hacer una salida de emergencia– y una «alarma de asalto» que apaga fuegos bajo el chasis y el compartimento del motor.

La alarma utiliza sensores para detectar gases tóxicos. Cierra automáticamente las ventanas y rejillas de ventilación de aire y se acopla al sistema de cierre centralizado. Un suministro de oxígeno proporciona a los ocupantes aire puro. La batería cuenta con dispositivos antiterroristas que permiten al conductor comprobar sin riesgo si los explosivos se han conectado al sistema de arranque.

Un «tanque cibernético»

Al más puro estilo James Bond, el coche también dispone de micrófonos ocultos y altavoces que permiten al conductor y guardaespaldas hablar con la gente fuera del vehículo cuando se acercan al coche a las puertas o los puestos de control, sin el riesgo de abrir las ventanas. Las traseras no se pueden abrir por los pasajeros, algo que le hubiera evitado a la duquesa de Counualles ser atacada durante el incidente de 2010.

Entre las múltiples opciones destacan también los compartimentos que tiene para colocar dos ametralladoras controladas por el mando central. El coche, equipado con un sistema de visión nocturna para evitar el deslumbramiento, incluye además un mecanismo «antisecuestro», lo que significa que puede ser bloqueado y desbloqueado por un centro de control de la Policía que hace imposible a los atacantes mantener retenida a la pareja real en el interior. Es más, hay un sistema remoto que permite a Scotland Yard vigilar todos los movimientos y escuchar las conversaciones entre los posibles secuestradores.

David Cameron y otros altos cargos del Gobierno cuentan con automóviles Jaguar para su seguridad. Pero la Familia Real siempre había preferido tradicionalmente sus propios vehículos. La reina Isabel II, por ejemplo, utiliza una limusina Bentley. Y su hijo mayor siempre se había decantado por los coches «made in Britain», como su impresionante Rolls-Royce.

Pero ninguno de ellos se puede comparar con la ingeniería alemana, un coche descrito por los expertos como «el tanque cibernético». Para Dai Davies, ex jefe de la protección real de Scotland Yard, éste es «de lejos» el mejor «coche de seguridad de su clase» y su despliegue supone un reconocimiento de que «tras el desastre causado por el ataque a la pareja real durante las manifestaciones estudiantiles» se están tomando todas las precauciones para garantizar la mejor seguridad. De momento, la Policía tan sólo está probando el vehículo y, aunque aún no han alquilado ni comprado ninguno, es muy posible que encarguen al menos dos a finales de este año. Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos, declinó a hacer comentarios.