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Alimentación

Adiós a las piernas hinchadas: lo que debes comer y evitar para combatir la retención de líquidos

La retención de líquidos, causa frecuente de piernas hinchadas y pesadas, puede deberse a la dieta, y algunos alimentos habitualmente considerados saludables contribuyen a este problema sin que lo sepamos

Retención de líquidos: síntomas y consejos para no sentirte hinchada La RazónLa Razón

El verano, con sus altas temperaturas, a menudo trae consigo una molestia recurrente para muchos: la sensación de piernas hinchadas y cansadas. Este síntoma, tan común en la época estival, es una clara manifestación de la retención de líquidos, un fenómeno que consiste en la acumulación de fluidos en los tejidos corporales. Aunque la retención puede deberse a factores como problemas de mala circulación o desequilibrios hormonales, una causa frecuentemente subestimada es la alimentación diaria.

Asimismo, ciertos componentes presentes en nuestra dieta tienen la capacidad de favorecer esta acumulación indeseada de líquidos. Alimentos con alto contenido de sodio o azúcar, por ejemplo, pueden propiciar no solo la retención sino también el estancamiento venoso, dificultando el correcto retorno circulatorio. Existe, además, otro mecanismo menos conocido: la histamina de algunos alimentos puede provocar inflamación y aumentar la permeabilidad de los vasos sanguíneos, lo que agrava la hinchazón.

De este modo, resulta esencial identificar aquellos productos que, a pesar de su aparente inocuidad o su presencia habitual en nuestras despensas, contribuyen activamente a este problema. Algunos de estos "culpables silenciosos" son sorpresas para el consumidor medio, acostumbrado a verlos como opciones comunes e incluso saludables.

Los alimentos inesperados que causan retención

Entre los alimentos que pueden contribuir a esta acumulación de líquidos, según apuntan desde Vogue, se encuentran varios productos procesados ricos en sodio. El atún en conserva, por ejemplo, es un habitual en muchas dieta, pero su procesamiento incluye sal añadida que eleva su contenido de sodio de forma considerable. También ocurre con el salmón ahumado, cuyo método de conservación también lo convierte en una fuente notable de sal, contribuyendo al problema de la hinchazón.

Por otro lado, los sustitutos del pan como los colines o picos son a menudo consumidos como acompañamiento, pero su formulación suele incorporar una cantidad elevada de sal, lo que puede causar retención. En el ámbito de los lácteos, los quesos curados, especialmente variedades como el parmesano, son conocidos por su alto aporte de sodio, que se incrementa con el tiempo de curación, exacerbando la propensión a la hinchazón corporal.

Finalmente, los tomates también pueden contribuir a la retención de líquidos. Esto se debe a que su contenido de histamina es capaz de provocar una respuesta inflamatoria en el organismo, lo que aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos y, consecuentemente, favorece la acumulación de fluidos en los tejidos.

En conclusión, ser consciente de la "sal oculta" y de los componentes que promueven la inflamación en los alimentos que consumimos a diario es un paso fundamental para mitigar los síntomas de la retención de líquidos. Revisar la despensa y ajustar los hábitos alimenticios puede ser la clave para disfrutar de un verano sin la pesadez y el malestar de las piernas hinchadas.