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Máscara facial "Hannibal Lecter": ¿Es seguro este polémico tratamiento de belleza?

El tratamiento se basa en unas pequeñas descargas eléctricas para dar mayor firmeza y tirantez a la piel, mejorar la circulación y aportar una mayor hidratación.

Máscara facial "Hannibal Lecter": ¿Es seguro este polémico tratamiento de belleza?
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El interés cada vez mayor tanto de hombres como de mujeres por la imagen ha provocado que en los últimos años se hayan multiplicado de forma exponencial los tratamientos de belleza para revitalizar la piel, lograr una mayor nutrición, elasticidad, firmeza... en definitiva para que el paso de los años no se refleje en nuestra cara. Existen todo tipo de tratamientos, desde las infiltraciones para aumentar la producción de colágeno, toxinas como el bótox o métodos menos invasivos como la radiofrecuencia, ultrasonidos, la mesoterapia, la microdermoabrasión, el resurfancing láser... Pero entre todas ellas hay una que sigue generando mucha polémica: la máscara facial "Hannibal Lecter", llamada así por tener un aspecto similar a la que llevaba Anthony Hopkins en su inolvidable papel en la película "El silencio de los corderos".

Este tratamiento consiste en hacer una limpieza de las impurezas de la piel, hidratarla, activar la circulación y cubrir la cara con vendas. Sobre ellas se coloca una máscara, se humedecen las vendas y se conectan unos electrodos para aplicar pequeñas corrientes eléctricas por la piel. El coste de este tratamiento es alto, alrededor de 180 euros por sesión pero los que lo han probado confirman sus excelentes resultados.

Sin embargo, son muchas las voces que lo critican por no tener detrás estudios científicos que respalden su fiabilidad y las consecuencias a largo plazo que pueden tener.

Hannibal Lecter, en «El silencio de los corderos» es uno de los «creadores» siniestros
Hannibal Lecter, en «El silencio de los corderos» es uno de los «creadores» siniestrosTak FujimotoCreative Commons

Según indica el diario "USA Today", los dermatólogos norteamericanos son bastante reticentes porque no tienen claro que aplicar electricidad en la cara sea bueno para la salud. De hecho, no todo el mundo puede acceder a él. Así, las personas con la piel sensible, las mujeres embarazadas o las que tengan algún objeto metálico en el cuerpo como puede ser un marcapasos no pueden recurrir a esta máscara facial

Danilo Del Campo, dermatólogo de Chicago, insiste en que "le diría a los pacientes que esperen unos años más hasta que haya más investigaciones. Parece ser un campo muy prometedor y tengo la esperanza de que con el tiempo se pueda utilizar esta técnica en esa y en otras aplicaciones".

Anthony Rossi, dermatólogo de Nueva York, alertó de que el tratamiento puede parecer efectivo durante los primeros días pero los beneficios "probablemente" sean temporales, producto del calor de la corriente eléctrica en la piel. Se sabe que un calor leve, como el del vapor o una compresa caliente, mejora la circulación y ayuda a combatir el acné.

 

"Esta idea de que estás calentando un poco la piel probablemente es lo que ayuda a mejorar la circulación y el flujo sanguíneo a esa área, y eso es lo que le da brillo a la piel y ayuda con el acné" explicó. "No hay mucha investigación sobre por qué los tratamientos faciales galvánicos son útiles", añadió.

Para Del Campo una de las posibilidades que este tratamiento podría aportar es el tratamiento profundo de la piel: "Los electrones ayudan a empujar más profundamente lo que está en la superficie", por lo que "el ácido hialurónico podría penetrar más en la piel para aumentar la hidratación o el colágeno".

Rossi hizo avisó a los que se decanten por esta máscara facial deben buscar a profesionales especializados porque "si algo sale mal, las consecuencias pueden ser graves. Si se trata de una máquina defectuosa o si hay demasiada energía, se corre el riesgo de sufrir quemaduras y las consecuentes cicatrices.

A pesar de las reticencias de los médicos especialistas, son muchas las profesionales de la belleza que hablan de las bondades del tratamiento. Emily Bernstein, es editora de la popular guía de ciudades "Overheard", en este caso de Los Ángeles, y decidió someterse al tratamiento: "nunca había tenido mejor aspecto", indicó.

Marianne Kehoe tiene un centro de estética en California y lleva muchos años probando todo tipo de técnicas de belleza y en su caso, la máscara facial hannibal Lecter logró mejorar su acné y redujo tamaño de los poros de su piel: "Adoro el tratamiento, porque es excelente para todo tipo de piel. La corriente galvánica fue definitivamente mi salvación", indicó a USA Today. Kehoe indicó que nunca ha experimentado un problema para la salud del cliente durante el proceso e insistió en la necesidad de buscar tratamientos faciales galvánicos realizados por profesionales experimentados.