Entretenimiento
La cultura del confort: por qué nos gusta vivir en el día de la marmota
La familiaridad en la industria del entretenimiento es la nueva tila que nos calma en momentos de convulsión e incertidumbre
Seguro que en alguna ocasión te has sorprendido viendo una vez más un capítulo de Friends o has decidido no cambiar de canal pese a que te sabes mejor un capítulo random de Los Simpson mejor que el propio Bart. Este fenómeno responde a la cultura del confort, esa que encuentra en las series, los libros e incluso la comida de toda la vida una suerte de cápsula temporal de fines escapistas. Una prueba de que recurrimos al pasado en momentos convulsos es que en 2020, la empresa Nielsen reflejó que la serie de 2013 The Office había capturado 87 millones de minutos de visionado a lo largo de un año tan complicado. “Lo que vemos en el pasado, real o imaginario, a menudo revela lo que nos estamos perdiendo en el presente”, escribe James Greig al hablar de por qué recurrimos a la nostalgia en momentos turbulentos.
En España podemos disfrutar de Upa Next, la nueva serie para AtresPLAYER Premium sobre la nueva generación de bailarines de la mítica Escuela de Carmen Arranz. “Creo que Upa Next ha querido retratar la sociedad con una perspectiva diversa e igualitaria sin que eso se convierta en el foco de la conversación, sino desde su normalización. Los personajes no se definen por pertenecer a un colectivo o por su género, aunque eso evidentemente les afecte, sino por su personalidad, sus experiencias y las decisiones que toman”, dice Mónica Mara, que dará vida a uno de los nuevos personajes de este spin-off. Su compañero de pantalla, Miguel Ángel Muñoz, nos da también su opinión. “Es una serie que habla de valores, principalmente, y de cómo tener un objetivo en la vida y luchar por él de una manera sana. Si hace 20 años ya era una serie motivadora e inspiracional, en la actualidad, con el bum de internet y las redes y la forma en la que la gente sigue a ciertos perfiles para seguir sus metas, está bien tener un referente de jóvenes que luchan para llevar sus sueños a cabo. A veces lo consiguen y otras no, pero en el camino está el esfuerzo y una manera sana de vivir la vida”, dice el actor. “Creo que hacer un spin-off es un acierto, porque habrá gente que siguió la serie hace 20 años y que por cierta nostalgia, disfrutará viéndola, pues además tiene unos componentes de historia y de talento poco usuales”, concluye el actor. La industria del entretenimiento se basa en recrear historias recurriendo a nuevas fórmulas, y los humanos provenimos de culturas en las que la tradición oral y la repetición han marcado nuestras vidas, por lo que los contenidos que evocan familiaridad siempre nos atraen.
Pretty Little Liars: Original Sin, La casa del dragón, Bel-Air, Cómo conocí a vuestro padre... Son muchos los ejemplos televisivos de cómo las cadenas de streaming son conscientes de que mirar hacia el pasado supone un éxito asegurado, por lo que no solo confían en que la audiencia vea en bucle series de antaño, sino que apuestan por spin-offs y reboots.
Pero la cultura del confort no se ciñe únicamente al ámbito televisivo, pues frente al aluvión de emulsiones, esferificaciones y cocinas fusión, la cocina tradicional se ha convertido también en un placer culpable al que recurrir constantemente como punto de descanso y/o recarga. “Desde el año 1986 hacemos lo mismo: burgers & fries de calidad, con ingredientes frescos, sin congelar y preparados cada día en cada restaurante. Durante todos estos años, no hemos lanzado productos de temporada, ni promociones, ni menús especiales por fechas concretas o colaboraciones con famosos o cantantes que pudieran disfrazar nuestra propuesta más básica: burgers & fries recién cocinadas y customizadas. Eso es volver a los básicos y a los orígenes, lo que hoy tanto todos anhelamos, pero nosotros en Five Guys siempre lo hemos hecho. La experiencia nos demuestra que lo que nuestros fans quieren es eso: una hamburguesa hecha con los mejores ingredientes, básicos y personalizada como si tú te la cocinaras en casa. Ese es nuestro éxito y creemos que nunca pasa de moda. Charles Chaplin ya decía: “la simplicidad no es algo sencillo de conseguir”, dice Daniel Agromayor, el director general de España y Portugal de Five Guys.
“El reconsumo volitivo se refiere a las experiencias que los consumidores buscan de forma activa y consciente volver a experimentar”, explican Cristel Russell y Sidney J Levy en un estudio que analiza por qué recurrimos al pasado. En este estudio, los autores descubrieron que frente a la pasividad que presuponían, cuando volvemos a ver una serie del pasado o cuando decidimos viajar una vez más a esa playa que nos conocemos de memoria, en realidad los objetos reconsumidos alimentan una síntesis activa de experiencias individualizadas en lugar de la síntesis pasiva de reconsumo habitual. Al regresar a lo conocido, buscamos recordar el disfrute o el placer que vivimos al disfrutar de esa obra/libro/plato/lugar en el pasado, y por eso lo llaman ‘volitivo’: porque en realidad, nosotros lo elegimos. Ansiamos también el confort de saber que vamos a invertir nuestro limitado tiempo en algo que de antemano sabemos que nos gusta.
Las plataformas de streaming se están asegurando de crear nuevas audiencias para shows del pasado (prueba de ello es el éxito de Anatomía de Grey o de Las chicas de oro entre la generación Z) e incluso de generar nuevo contenido que siga las fórmulas de éxitos del ayer. Quien fuera fan de Las chicas Gilmore encontrará llamativas similitudes entre la serie y Ginny & Georgia, y tampoco es casualidad que iconos de la cultura pop de nuestro país como Ángel Cristo, Bárbara Rey e incluso Nacho Vidal hayan encontrado ahora en docuseries el reflejo de sus vidas. En la era dorada de la televisión, frente a la cantidad de nuevo contenido que se lanza de forma semanal, nos gusta apostar por el confort de lo conocido, y en un mundo en el que nuevos personajes emergen de las redes sociales de un día para otro, saber que los de toda la vida pueden capturar nuestra esquiva atención resulta tranquilizador. Al parecer, en cuestiones de entretenimiento, salir de la zona de confort está sobrevalorado. Luces, cámara y… ¡repetición!
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