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Días grises, looks impecables: así visten las que entienden de moda cuando llueve
Siete looks que demuestran que el mal tiempo no está reñido con el estilo

Hay días en los que el cielo amenaza desde primera hora y todo parece un reto: el pelo, los zapatos, las ganas. Pero la lluvia no tiene por qué arruinar un buen look. Solo cambia el enfoque: se trata de elegir bien las prendas y adaptarlas a lo que pide el tiempo. Las insiders lo saben. Gabardinas, parkas, cuero y tejidos técnicos se mezclan con piezas cómodas y algo de color para transformar un día gris en uno con carácter.
En realidad, el mal tiempo solo obliga a mirar el armario con otros ojos, a mezclar texturas, ajustar volúmenes y confiar en esas prendas que saben levantar el ánimo incluso cuando todo invita a quedarse en casa.
Los básicos que salvan el día
Hay combinaciones que siguen funcionando incluso cuando el cielo se empeña en nublarse. El trench largo, los vaqueros rectos y el jersey de lana consiguen ese equilibrio entre pulido y relajado que aguanta bien la humedad. La chaqueta de cuero cumple el mismo papel: ligera, estructurada y con carácter propio. También las americanas entran en juego, ya sea con leggings o con falda, con botas o con zapatillas. En el fondo, se trata de prendas que se adaptan al mal tiempo y mantienen el estilo pase lo que pase.

Capas y texturas para el mal tiempo
Cuando el agua es más insistente, las capas se vuelven aliadas. Parkas con capucha, tejidos encerados, chaquetas acolchadas o puffer jackets ligeros que abrigan de verdad. Debajo, los tops y vestidos lenceros están muy presentes esta temporada y también se adaptan a los días de lluvia: con medias, botas altas y jerséis de punto, mantienen ese contraste entre lo delicado y lo práctico que ahora domina el street style.
En tonos caqui, marrones, burdeos o topo, todo encaja mejor con la paleta otoñal. Añadir una bufanda grande o un gorro no solo protege del frío, también da un punto más relajado al conjunto. Es el tipo de look que sobrevive a un chaparrón y sigue funcionando cuando las nubes se despejan.

Detalles que levantan el look
A veces basta un accesorio para marcar la diferencia. Unos botines granates en lugar de negros o marrones, un bolso colorido, un pañuelo o un paraguas transparente que deja ver el resto del conjunto. Los días de lluvia invitan a jugar con pequeñas decisiones: unos maxi pendientes, un labial que contraste, una mezcla de tejidos más atrevida o una silueta distinta a la de siempre. Sin buscarlo, ese tipo de combinaciones cambian cómo se ve el conjunto.

Hay algo casi inspirador en esos días que obligan a pensar el look con más calma, a redescubrir piezas que quizá llevaban semanas olvidadas. Entre la prisa por no mojarse y el intento de mantener el estilo, aparece cierta creatividad: nuevas formas de combinar, de superponer, de darle otra lectura a lo cotidiano. La lluvia no borra el estilo, solo lo pone a prueba y, a veces, hasta lo mejora. Porque vestirse bien no es cuestión de clima, sino de actitud.
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