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Camille Cosby: «Mi marido no es un violador»

Camille y Bill Cosby en 1998 tras ser condecorado en la Casa Blanca por el Centro Kennedy por su trabajo televisivo
Camille y Bill Cosby en 1998 tras ser condecorado en la Casa Blanca por el Centro Kennedy por su trabajo televisivolarazon

La esposa del cómico diseña una estrategia que le devuelva el crédito y frene su caída.

Ayer el cómico Bill Cosby cumplió 78 años, pero no lo recordará con demasiada ilusión, inmerso como está en una campaña de desprestigio de la que es objeto desde todos los frentes por sus supestos abusos a más de 40 mujeres. No sólo han ido minando su reputación que tanto tiempo le llevó conseguir, sino que están haciendo desaparecer casi cualquier vestigio de su fama y de su credibilidad. Y poco a poco van desmarcándose de él hasta sus amigos más cercanos. Tan sólo permanece a su lado, impertérrita a las acusaciones, su esposa, Camille, que sigue estando al mando de la vida y la representación de uno de los hombres más poderosos de la televisión americana en los años 70 y 80. Incluso ahora, Camille sigue sin dar credibilidad a las acusaciones y, según publica el «New York Post», hace partícipe a su círculo más cercano de que opina que las relaciones y las drogas fueron «consentidas» por las denunciantes.

Todas las informaciones, a favor y en contra, sobre actor no niegan una verdad a gritos: Camille Cosby siempre ha sido consciente de la personalidad de mujeriego de su marido, pero a pesar de que las críticas que sufre Bill Cosby están en su apogeo, ella se mantiene inamovible y le defiende a capa y espada como desvela el rotativo americano. Según éste, que cita a amigos del matrimonio, «no piensa que Bill haya proporcionado drogas, ni haya mantenido relaciones sexuales con mujeres sin su consentimiento», porque existe una diferencia entre que «sea consciente de los engaños», pero «no cree que sea un violador», como afirman gran cantidad de mujeres. En esta línea insiste también el testimonio de una supuesta antigua amante del cómico, Teresa Taylor, que ha declarado que después de tres años de relación, que era conocida por Camille, él jamás necesitaría «sedantes para conseguir sexo y siempre fue muy respetuoso».

Además, la mujer de Cosby ha puesto la maquinaria en marcha y organizó una reunión de crisis con sus abogados y asesores de relaciones públicas para intentar darle la vuelta a la situación. «Vamos a salir de esto», asegura una persona cercana que manifestó Camille, quien afirma que «después de lo que ella ha hecho para convertirle en una estrella» asegura: «Yo le creé, sabía lo que estaba haciendo y vamos a solucionar este problema». El grupo reunido les ha recomendado que, de momento, intenten mantener un perfil bajo alejándose de su familia, de sus conocidos de Hollywood y de sus amigos dentro y fuera de la industria porque «la gente está abandonando el barco». Esta frase resume a la perfección cómo varios de sus más acérrimos defensores en este caso, como la actriz Jill Scott y el cómico Jimmy Walker, han decidido echarse atrás en sus muestras de apoyo. Incluso hay una campaña en contra de Bill Cosby encabezada por el director Judd Apatow, que recrimina que Whoopy Goldberg mantenga su postura de defensa del actor «tratando de ser una amiga leal», mientras que ella alega que aún no existen pruebas, no hay demandas y no ha sido declarado culpable.

Pero aparte de los apoyos familiares, el resto del mundo creado por Bill Cosby se derrumba a su alrededor desde que el año pasado la Marina americana decidió revocarle un título honorífico por sus años de servicio. Después, algunas cadenas le han dado la espalda retirando de la parrilla las repeticiones de «La hora de Bill Cosby», e incluso cancelando futuros proyectos, como un nuevo programa para la NBC, o un programa especial que pretendía emitir Netflix por su cumpleaños.