La demanda de Nacho Palau podría agravar los problemas de Bosé con Hacienda

Si Nacho Palau demuestra que los niños han vivido en Somosaguas todo el tiempo, no se justificaría su residencia fiscal fuera de España.

Miguel Bosé vivía tranquilo y con una visibilidad mediática dirigida exclusivamente a su parcela laboral. Era raro que participara en actos públicos y la última vez que lo hizo fue en la presentación de la gala del Sida en 2017 junto a Mónica Naranjo. No ha colaborado en programas de televisión ni ha querido conceder entrevistas en espacios donde la audiencia estaba asegurada. A lo más que llegó fue a enseñar su casa de Somosaguas (Pozuelo) en Instagram en varias secuencias que mostraban su vida cotidiana, pero con el único acompañamiento de sus perros y gallinas. Solo en una foto se intuía la unidad familiar del cantante con dibujos infantiles decorando la estancia. Esta casa que lo fue antes de sus padres, Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé, ha sido el eje sobre el que ha girado la vida del cantante y donde vivieron los primeros años los cuatro niños (Diego, Tadeo, Ivo y Telmo) cuyos nombres los desveló el propio Miguel. Todo dentro de la normalidad, pero ahora esa vivienda puede ser su cruz. Una existencia tranquila en el plano personal y muy activa en el aspecto profesional con galas y conciertos dentro y fuera de España. Había rumores sobre su cambio de domicilio, pero nada seguro hasta que a finales de 2015 la prensa panameña informaba de que el cantante se había instalado allí con sus hijos, a los que había matriculado en un colegio de alto nivel.

Las claves de este cambio las daban portavoces autorizados del cantante, que aseguraban que «Miguel vendrá a España cuando sea necesario, pero definitivamente vive allí, en una urbanización en la que puede proteger a sus hijos, que se han convertido en lo más importante de su vida». La seguridad para los cuatro niños era el mensaje que quería transmitir. Ahora se ha sabido que en ese lote afectivo también estaba Nacho Palau, que ha ejercido de padre de los mellizos. Al menos eso es lo que asegura su entorno, aunque también ese cambio de aires tendría que ver con temas económicos. Ese año Bosé tenía problemas de liquidez y puso a la venta dos cuadros «Dollar Sing» y «Oxidation Painting»– que le había regalado Andy Warhol. Un año después le tocó el turno a una tela firmada por Oswaldo Guayasamín, que llevaba por título «Toroy Condor», y a una colección de platos con dibujos de Pablo Picasso.

En 2018, ya con residencia oficial en Panamá, Miguel Bosé aparece en la lista de morosos que pública la Agencia Tributaria con una deuda pendiente de 1.869.096 euros. Y no era la primera vez. Un año antes había tenido problemas con Hacienda con una de sus propiedades, un ático en el barrio de Chueca sujeto a un embargo administrativo por la cantidad de 260.000 euros. En este caso la deuda tenía que ver con la empresa de jamones que montó con otros socios y que no salió bien. Él mismo declaraba en aquel momento que «hice todo lo posible para sacarla adelante, pero me encontré con todas las trabas del mundo». Sus problemas con Hacienda pueden complicarse precisamente por el contencioso que mantiene con Nacho Palau. Nunca pudo imaginar que la persona con la que había compartido más de un cuarto de siglo se revolviera judicialmente. Una reclamación en la que muchos ven un trasfondo económico importante. Palau ha permanecido invisible (voluntariamente) durante todos estos años y no se le conoce oficio ni dedicación al margen de cuidar a su familia con lo que incluso le podría corresponder una pensión compensatoria si se hubieran casado, que no es el caso. De ahí que la demanda interpuesta en el Juzgado de Familia de Pozuelo de Alarcón (Madrid) tenga varias lecturas.

Una de ellas, y que mantienen los que están a favor del demandante, es que el padre, al menos de dos mellizos, «está luchando para que se respete el derecho de esos niños a crecer juntos. Por eso le demanda». La otra interpretación puede complicar la vida de Miguel Bosé con la agencia Tributaria y así lo explican expertos en estos temas. Palau ha presentado la demanda en España para demostrar que ha sido la última residencia familiar de todos ellos y no en Panamá, como se había dicho hasta ahora. Si Miguel Bosé tuviera su residencia fiscal fuera de España no tendría que pagar pero sí debería pasar 184 días fuera de nuestro país. El problema que se le puede presentar al cantante es que Nacho Palau pueda probar en el juzgado que los niños han vivido en Somosaguas todo el tiempo. Otra cosa es que consiga justificarlo. Con las dos lecturas Miguel Bosé no lo tiene fácil y tendrá que presentarse en la vista cuando el juez cite a las partes.