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Lucía Rivera: «Sin mis apellidos me hubiese costado más llegar»

Lucía Rivera, desfilando para «Punto Blanco» en la pasada 080 Barceloona
Lucía Rivera, desfilando para «Punto Blanco» en la pasada 080 Barceloonalarazon

Hija de la actriz y modelo Blanca Romero y adoptiva del torero Cayetano, Lucía Rivera está consiguiendo a sus 17 años hacerse un hueco en el mundo de las pasarelas.

Hija de la actriz y modelo Blanca Romero y adoptiva del torero Cayetano, Lucía Rivera está consiguiendo a sus 17 años hacerse un hueco en el mundo de las pasarelas. En la 080 Barcelona desfiló para tres firmas, pero sueña con lo máxiimo: «¿por qué no con ser un ángel de Victoria’s Secret?».

La primera entrevista que concedió Cayetano Rivera, fuera de las revistas taurinas, se la hice en Suiza y me costó una barbaridad ganarme su confianza porque su manager, que era como su sombra, impedía casi todas las preguntas, conseguí zafarme del representante y llegar a Cayetano. Es un introvertido de libro. Ahora su hija adoptiva, Lucia Rivera Romero, me concede su primera entrevista y también, la hago con su «booker» presente, una especie de manager de las modelos. Ella no parece introvertida, pero en este caso está justificado porque es menor de edad y es su madre quien tiene que autorizar la entrevista. En ausencia de Blanca Romero, es la representante de su agencia de modelos la que nos corta cada vez que ella intenta contestar cosas tan «personales» como dónde se ha educado, dónde ha vivido o cómo es Lucia.

Poco a poco, vamos viendo la luz y entendiendo que esta joven de 17 años quiera comerse el mundo de las pasarelas. Calza un 39, tiene facciones marcadas, pelo largo y castaño igual que sus ojos grandes. Mide 1,72 cm, tiene medidas casi perfectas 80-60-87 pero un cuerpo aún en evolución porque tiene esperanza en ser más alta. Para el final me reservo la pregunta que la hará saltar como un resorte del sofá y dar por finalizada la entrevista. Eso sí, hay que decir que hace tres semanas, el 13 de enero cuando el torero cumplía 39 años, Lucía escribía un mensaje abierto y público en una red social a su padre adoptivo, Cayetano Rivera; «Happy birthday lovely mouse». ¿Por qué no fue a la boda de su padre con Eva González? «Eso es algo que tienes que preguntarle a él».

Para su vida profesional Lucía no renuncia a sus apellidos, tiene una voz fuerte y potente. Le gusta escuchar a Alejandro Sanz, pero también a Marc Anthony y a Mael. Es del Sporting pero también puede defender al Real Madrid. El 21 de julio del año pasado, Lucía anunciaba en su cuenta de Twitter: «Mi vida va a cambiar, chicos». Nueve días más tarde su madre, Blanca Romero, colgaba una foto del padre biológico de Lucía, ahí se entiende la buena genética de la modelo: «Es gracias a mis padres, ahora me ves así tan delgada porque estoy saliendo de una gastroenteritis, pero me encanta la fabada y el cachopo, soy de buen comer y me mantengo así por genética. Es mi constitución».

-Ha dejado sus estudios, ¿no es un riesgo?

-He dejado los estudios porque ahora me quiero dedicar a la moda exclusivamente, lo decidí el año pasado y mi madre me apoya. Al tener una madre que se dedicó a la moda tanto tiempo, yo quería seguir sus pasos, ir detrás de ella por admiración. Es un mundo que he visto desde pequeña, me sorprendía y quería vivirlo yo también. Es adrenalina. Llevo un año y me gusta. He hecho editoriales, los desfiles de 080 BCN Fashion y puedo dar ésto y mucho más. A lo mejor en un par de años reanudo los estudios si me apetece porque las puertas siempre están abiertas para estudiar. Sin embargo, la moda es algo que hay que aprovechar porque estas oportunidades que tengo ahora, vuelan.

-¿Era buena estudiante?

-Sí, ahí andaba, ni mucho, ni poco, pero me mantenía. Yo soy más de letras. Adoro escribir, escribo todos los días mi diario, en mi Facebook y en mis cosas, pero nada público y por ahora seguirán siendo escritos privados de mi día a día, de mi cabecita.

-¿A su madre no le asusta que tan joven se meta en el mundo fugaz de la moda?

-Le encanta porque ella empezó a la misma edad que yo y no sólo no le importa es que me impulsa, me anima y me da consejos; «Lucía, haz esto»,

«Lucía, haz lo otro». La verdad es que en este sentido es un enorme apoyo. Mi madre me da seguridad porque ella vivió lo mismo y sabe de este trabajo el doble que yo, así que me intenta ayudar el triple. Es lógico y, además, me acompaña muchas veces.

-¿No le da corte desfilar en ropa interior?

-En verano desfilamos en bikinis... Al final es lo mismo, la ropa de baño que la interior e incluso, a veces, es mejor la ropa interior.

-¿Hasta dónde quiere llegar?

-Mi vida ahora está en Gijón, donde tengo a mis amigos, pero Nueva York es una ilusión. Ahora no porque es pronto, pero en unos años claro que quiero ir a Manhattan y ser una de las «Victorias Secret´s», por pedir que no quede.

-Podría ser sólo Lucía, no renuncia a sus conocidos apellidos: Rivera y Romero.

-A ver, no puedo decir que no me gusta porque lógicamente estoy orgullosa de ellos pero me gustaría más que me dijeran Lucía Rivera, no

Lucía Rivera Romero, la hija de tal y de cual, pero bueno es lo que hay y gracias a ellos estoy aquí ahora. Además, todas tenemos apellidos y sin ellos me hubiera costado mucho más.