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Melania, de la pancarta a la guerra

La esposa de Trump vuelve a crear polémica tras acudir a un centro de menores inmigrantes luciendo una chaqueta con el lema «Realmente no me importa, ¿y a ti?».

Melania, de la pancarta a la guerra
Melania, de la pancarta a la guerralarazon

La esposa de Trump vuelve a crear polémica tras acudir a un centro de menores inmigrantes luciendo una chaqueta con el lema «Realmente no me importa, ¿y a ti?».

«Melania, agente del caos del abrigo», escribía «The New York Times». De ese jaez titulaba ayer la Prensa estadounidense, asombrados por la decisión de la primera dama de visitar a los niños separados de sus padres en un centro de detención en Texas armada con un abrigo en cuya espalda podía leerse: «I really don't care, do u?» («Realmente no me importa, ¿y a ti?»).

La lluvia de insultos fue previsible. Normal, al considerar que pocos asuntos han crispado como los desgarradores audios y vídeos de unos niños que abren y cierran telediarios mientras la opinión pública, y publicada, tontea con el justificado síncope. Un clamor transversal, del Papa a las asociaciones nacionales de pediatría y psiquiatría, recorre EE UU. Enfrente, los centuriones presidenciales, desautorizados en sus argumentos en cuanto la Casa Blanca firmó la orden ejecutiva para deshacer el entuerto.

«La visita de hoy a los niños ha afectado enormemente a la primera dama», comenta su jefa de Prensa, Stephanie Grisham. Y añade: «Si los medios gastaran su tiempo en esfuerzos para ayudar a los niños en lugar de especular, podríamos lograr tanto en nombre de ellos...». Para combatir las habladurías, dos «hashtags» que Grishman lanza como quien chuta un globo: #SoloEsUnaChaqueta y #AEllaLeImporta. Y para tocarle las narices a Grisham, un tuit cortesía de Donald Trump: «“Realmente no me importa, ¿y a ti?”, escrito en la parte posterior de la chaqueta de Melania, se refiere a los medios de comunicación mentirosos [“fake media”]. Melania ha aprendido cuán deshonestos son, ¡y realmente ya no le importa!».

Entre tanto, en Texas la susodicha conmovía a todos con su fina delicadeza y su empática ternura. Cómo reprimir el llanto cuando afirmó que «[los niños] están aquí sin sus familias y quiero agradecerles [a los trabajadores sociales, agentes, etc., del albergue] por su arduo trabajo, su compasión y la amabilidad que les están brindando en estos tiempos difíciles». Qué bonito.

Melania actúa con la inconsciencia de quien sigue sin automatizar el tránsito de lujosa maniquí que evoluciona en la pasarela y comparte autorretratos en el golf a controladísima esposa de presidente. Pero lo mismo aprovechó el viaje para marcarse varias campañas de promoción en una mujer pancarta a punto de diplomarse como propagandista en guerra.

LA PRIMERA DAMA NO SE CALLA

Dicen que Melania está desaparecida. Que «nos gusta cuando calla porque está como ausente», y lo cierto es que poco la hemos oído hablar. Pero parece dispuesta a no tener ese segundón papel al que la creen condenada (o que ella ha decidido tomar) y esta semana lo ha demostrado. Si se puso unos Manolo Blahnik para recibir a Doña Letizia, el jueves optó por otra marca española, Zara, para causar no pocas controversias. Su parka con la frase «I really don't care, do u?» («Realmente no me importa, ¿y a ti?») no ha gustado. Ya la vimos lucir la chaqueta aviador emblemática del ejército americano y ahora ha vuelto a emplear un abrigo militar para dar que hablar. Y es que los orígines de la parka, si bien se pueden relacionar con la cultura inuit y el anorak, habría que buscarlos en los años 50 del siglo XX. Es allí cuando aparece el modelo M-51, diseñado por el ejército estadounidense para la guerra de Corea. Paralelamente a su uso militar, a finales de los 50 y en los 60, se convierte en una prenda del movimiento «mod» británico. Y este abrigo llegó a aparecer en la portada del emblemático disco «Quadrophenia» de The Who en 1973. En el aniversario de Mayo del 68, tras el triunfo de Trump con su cumbre coreana y en plena polémica por su política de inmigración, está claro que Melania dice mucho... siempre, informa Mafalda Uría.