Gente

«Rentrée» entre fogones

Carmen Lomana, en la rueda de prensa de «MasterChef Celebrity».
Carmen Lomana, en la rueda de prensa de «MasterChef Celebrity».larazon

Estamos en plena «rentrée» y no soy de las que lloriqueo por volver al trabajo. Lo que hace la vida interesante son los cambios. También, lo que nos hace ilusionarnos con lo que está por venir, aunque cuando llega a veces no es tan bonito. Mi aterrizaje de Marbella y de una vida como una mariposa que se deja llevar por el viento sin más preocupación que ir a la playa, cuidar mil flores y disfrutar con mis amigos se ha diluido como un trozo de hielo en cuanto puse el pie en Madrid. Al día siguiente ya estaba en Antena 3 hablando del «monotema» del Valle de los Caídos, que se ha convertido en un verdadero peregrinaje de turistas y jóvenes que quieren conocerlo. Gran favor que los Benedictinos han de agradecer a Sánchez, el mayor propagandista de Franco. Lo más chocante y absurdo es que las personas que vivieron la guerra, como La Pasionaria o Carrillo, en el bando republicano quisieron cerrar capítulo cuando volvieron a España y vivir en concordia, y a este nuevo inquilino de Moncloa, que ni la vivió, se le ocurre la peregrina idea de sacar a pasear cadáveres. Siguiendo con mi vuelta, lo más importante es la locura del estreno de «MasterChef Celebrity», presentando la nueva temporada en Vitoria, dentro del Festival de Televisión. El jueves tuvimos un día de esos que no se olvidan: rueda de prensa, fotos, entrevistas y también la enorme alegría de volver a juntarnos todos. La grabación del programa, que es una gran producción de Shine Ibérica, ha sido preciosa y agotadora, donde nos descubrirán tal como somos porque la presión y también la guerra de egos ha sido bestial. Nos han juntado a personas muy diferentes, pero todas con una trayectoria importante. Algunos sencillos y maravillosos, otros que querían siempre destacar y decir la última palabra. Personalmente, me han impresionado algunos por cómo sufrían con su enorme espíritu de competitividad. Este afán desgasta e incluso bloquea a la hora de cocinar. Quizá puedo parecer algo «pasota», pero puedo asegurarles que he dado todo lo que podía en mis artes culinarias. Nunca llegué a llorar por un plato mejor o peor hecho. Tengo un espíritu muy positivo, aún sabiendo que no había estado preparándome con clases de cocina, porque en mi ignorancia nunca pensé que debía hacerlo, ya que mi idea era disfrutar y aprender a cocinar mejor con la base que tenía. ¡Fue un error! Mis compañeros venían de una temporada de clases con los mejores profesores. «MasterChef» ha sido para mí una cura de humildad y de aprendizaje. He de reconocer que no veía el programa, así que ni siquiera conocía muy bien su operativa. Se me rompieron los esquemas, exigían un alto nivel de cocina de autor y emplatado, nada que ver con lo que se puede cocinar en nuestras casas... Es otro mundo y eso, unido a la presión del tiempo para cocinar, es lo que hace interesante y divertido el formato. Estoy segura de que si deciden verlo van a pasar un rato estupendo. En esta crónica doy un paseo por los temas que me han interesado o asombrado más durante la semana y hay uno que me deja bastante descolocada. El juez Grande-Marlaska persona que respeto mucho, se reúne con Quim Torra. Se supone que el motivo es la neutralidad de los espacios públicos quitando la exhibición de símbolos independentistas en forma de lazos amarillos, que crean enorme tensión entre los ciudadanos que piensan distinto. Pero digo yo: ¿no debería empezar el señor Torra por quitárselo de la solapa y no recibir así a nuestro ministro? Ahí se ve que todas estas reuniones sirven para muy poco, aunque deseo equivocarme y que sea cierto ver Cataluña limpia de tanto «amarillismo».