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Cambiar de vida

Lomana disfrutando de la playa en el Marbella Club
Lomana disfrutando de la playa en el Marbella Clublarazon

Agosto está en pleno ecuador, este tiempo de desconexión y provisionalidad que se vive sabiendo que pasa como un soplo y, sin embargo, suele ser intenso. Tenemos tiempo para conocer a personas nuevas y nuestra mente se siente más proclive a vivir aventuras. Tenemos tiempo para perder sin que ello nos haga tener mala conciencia por esa educación dada, que parece penalizar la pérdida de éste. ¿Hay algo más agradable que poder perdernos en ensoñaciones, amores, y tumbarnos a la bartola en una playa o en el césped? Perdernos en la contemplación de las flores y regarlas al atardecer escuchando nuestra música favorita es uno de mis mayores placeres, algo que echo de menos en Madrid. Soy una mujer de espacios abiertos. Estar encerrada en una casa y en una ciudad donde el cemento prevalece no es lo que más me gusta.

Hay muchas formas de pasar las vacaciones. La mayor parte lo hago en mi casa de Marbella, aunque también hay hoteles, una casita o un apartamento donde ningún recuerdo existe. Es algo impersonal para vivir una semana o varias, pero que solo poniendo unas flores o alguna foto que siempre llevo en mi maleta, encendiendo la radio y perfumando con mi fragancia favorita, ya lo siento mío.

Deseo hacer un homenaje a las madres que casi no se toman vacaciones para que el resto de la familia disfrute. Como decía una amiga, «las manos invisibles de las madres», que estemos donde estemos, si están ellas, tendremos hogar. En mis vacaciones procuro no enterarme demasiado de lo que ocurre a mi alrededor referente a la política, dado que me gusta no escribir sobre ello. Hoy, haciendo una excepción, he puesto la televisión para ver la llegada de nuestro Rey a Barcelona en el homenaje a las víctimas del atentado terrorista. Ha sido muy emocionante. Ahí estaban todos esos políticos a los que lo único que les importa es la foto y poca preocupación han sentido durante el año por esos familiares de los 16 muertos y 137 heridos. Me siento orgullosa de nuestro Rey, es un hombre extraordinario, de gran bondad, paciente pero firme cuando tiene que serlo. En este momento de tanta traición, de falta de respeto a nuestra patria de políticos impresentables, Felipe VI es nuestro mayor valor.

Si hoy hablo de tiempos de verano, no debemos olvidar a los nuevos y nuevas «Rodríguez», esa denominación que se acuñó en los años 60 para los maridos que se quedaban en las ciudades mientras sus familias se iban de vacaciones. Y no se ha extinguido, sino revalorizado. No son los hombres los que se quedan trabajando, cada vez más mujeres ansían quedarse unos días solas en casa para poder hacer lo que quieran. Aprovechan para mimarse, hacer planes con amigas, estar toda una mañana en la peluquería sin prisas, llegar a casa y tener todo el espacio para ellas. La próxima semana me dedicaré a escribir sobre lo que fue Marbella o la Costa Azul en los 50 o 60 y sobre lo diferente que son ahora. Aprovechen los días de este maravilloso mes. No se quejen del calor, que este verano está siendo muy ligero y ya vendrán las noches largas y los días fríos...