El Rincón de Moraga: De tapas bajo las estrellas

La gastronomía de la isla de La Palma es variada y desconocida para, incluso, los amantes de la buena mesa de la península. De ahí que, si le quedan escasas horas para aterrizar en este pequeño territorio sepa de antemano que lo suyo es devorar su gran tradición culinaria. Porque más allá del gofio, ese polvo de cereales molido similar a la harina, y de las riquísimas papas arrugadas, existen numerosos productos que merece la pena conocer, entre ellos, pescados como las cabrillas, el queso palmero y los llamados vinos de tea. Por eso, recomendamos El Rincón de Moraga, cuyos fogones dirige José Alberto Díaz.

Mantiene una estrecha relación con los pequeños productores del entorno para que le faciliten el mejor producto de proximidad. Recomienda disfrutar en la terraza de las tapas ideadas según los astros, planetas y constelaciones que se observan en el cielo palmero. Así, muy demandados son la terrina de foie gras caramelizada con compota de tomates al que añade almendras palmeras y el tataki de presa ibérica marinada con soja, miel y mostaza sobre boniato, tanto como el imprescindible tartar de albacora, la papa negra y el aguacate con huevo. Como plato fuerte, los hígados de conejo en adobo con puré de papas y los ya famosos langostinos en tempura melosa de kimchi para armonizar con vino canario.

LO MEJOR

Disfrutar de esta cocina cerca del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente

LO PEOR

No poder encontrar mesa en la terraza y quedarse sin cenar bajo las estrellas