Bodas 2025
Claudia Ula, la novia más estilosa del fin de semana, deslumbra con un vestido asimétrico y velo XXL en su boda en Zahara
Te contamos todos los detalles del look nupcial de la hija de Raquel Revuelta quien ha dado el sí quiero a Vicente Benítez
Muy cerca del enlace de Álvaro Rojo, hijo de Ana Rosa Quintana, en El Palmar de Vejer, otra boda celebrada en la costa gaditana acaparaba todos los flashes. Claudia Ula, hija de Raquel Revuelta, se casaba en Zahara de los Atunes con un vestido que nos ha hecho suspirar desde la primera imagen. Y no solo por su estética elegante y minimalista, sino porque tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de los looks nupciales más virales del año: escote asimétrico, caída fluida y un velo XXL que aportaba el dramatismo justo.
De una sola mirada, su look nupcial resumía tradición, vanguardia y sofisticación. Nada de patrones convencionales ni volúmenes princesa: Claudia optó por un vestido de novia fluido con escote asimétrico, cintura caída y falda con abertura, rematada con volantes en cascada que aportaban movimiento y un guiño de lo más andaluz. Obra de Victorio & Lucchino, fue una elección que rinde homenaje al saber hacer de la costura andaluza. El resultado: un look que no solo favorecía su silueta de forma impecable, sino que además marcaba tendencia para las novias que buscan algo distinto, elegante y atemporal.
El look de novia de Claudia Ula al detalle: romanticismo relajado con sello andaluz
Confeccionado en crepé blanco roto, el diseño elegido por la hija de Raquel Revuelta apostaba por una silueta fluida con escote asimétrico, rematado por un delicado drapeado sobre el hombro que evocaba a las musas clásicas con un giro moderno. En lugar de marcar la cintura con rigidez, la caída natural del tejido dibujaba una figura etérea, mientras una abertura lateral en la falda dejaba entrever unas sandalias en nude: el toque perfecto entre sensualidad y sofisticación.
Pero si hay un elemento que elevó el look a la categoría de icónico fue el velo de tul XL, que partía de un moño bajo y pulido, sin ornamentos, y se desplegaba como una nube tras ella. El contraste entre la sobriedad del peinado y la teatralidad del velo aportaba ese equilibrio tan difícil de lograr entre lo íntimo y lo espectacular. Como joyas, Claudia optó por la contención: unos pendientes largos y delicados, sin collares ni pulseras, permitiendo que la gracias del vestido hablara por sí solo. El maquillaje, acorde con la estética relajada y minimalista del conjunto, se mantuvo en clave natural. Piel luminosa, labios nude, ojos ligeramente marcados. Un beauty look muy 2025, pensado para realzar sin sobrecargar, en línea con la nueva ola de novias que apuestan por una belleza real y con mucho estilo.
Una apuesta por la elegancia sin artificios, por la tradición reinterpretada desde la modernidad, por el saber hacer de la costura andaluza elevado a la estética bridal más actual. Y es que lo que lleva tiempo consolidándose en el panorama bridal español se confirma con este look: una nueva generación de novias, de Belén Écija a Claudia Ula, que se aleja del dramatismo clásico y apuesta por vestidos minimalistas, ligeros, con escotes fluidos, cortes relajados y aires bohemios, pero siempre cuidados al milímetro. Novias que no necesitan brillos ni artificios para brillar, porque entienden que el verdadero lujo está en la naturalidad bien llevada.