Alta Costura 2025
Kim Kardashian como Elizabeth Taylor y el adiós silencioso de Demna a Balenciaga
Demna cerró su etapa en Balenciaga con una colección de alta costura que miró hacia sus propias obsesiones: el exceso, las referencias culturales y la reinterpretación del lujo
Demna Gvasalia, el diseñador que durante casi una década sacudió los códigos de Balenciaga, presentó su última colección para la maison. Lejos de la estridencia, optó por una despedida silenciosa, introspectiva y profundamente personal, en la que dejó entrever sus grandes obsesiones: el artificio del glamour, la cultura pop y la belleza con fisuras.
La colección número 54 de alta costura fue una declaración de estilo más que una despedida literal. Volúmenes desmesurados, cortes quirúrgicos y siluetas desafiantes convivieron con un casting estelar que reforzó el vínculo entre moda y celebridad. En primera fila: Lorde, Nicole Kidman, Michelle Yeoh, Cardi B y, como guiño final, Kim Kardashiann transformada en una Elizabeth Taylor del siglo XXI.
Un último acto lleno de símbolos
Kardashian, una de sus musas más constantes, apareció envuelta en un abrigo de falso visón hecho de plumas, con un vestido lencero estilo años 50 y los pendientes de diamantes reales que pertenecieron a la propia Taylor. Fue un gesto claro de Demna: cerrar su etapa como la empezó, entre íconos del viejo Hollywood y reinterpretaciones provocadoras del lujo.
La colección estaba plagada de referencias sutiles a sus propios archivos. Trajes oversize que se deslizan del cuerpo, siluetas rígidas y escultóricas, cortes quirúrgicos que evocan cirugía estética encubierta, como el conjunto que lució Isabelle Huppert, digno de una actriz que esconde sus vendas bajo alta costura. Todo estaba ahí: los "Demna-ismos" que marcaron su paso por la maison.
Un adiós que también fue un agradecimiento
En paralelo al desfile, se inauguró en la sede de Kering una exposición llamada Balenciaga by Demna. El diseñador estuvo presente, conversando con asistentes y contextualizando piezas clave de su legado. Una despedida más informal, casi comunitaria, que contrastó con la sobriedad del desfile final, musicalizado por las voces del propio atelier nombrándose entre ellos, un gesto de gratitud hacia quienes sostienen el lujo desde el anonimato.
Demna no intentó reinventarse para decir adiós. Cerró el ciclo permaneciendo fiel a su visión: una moda cargada de significado, contradicción y provocación. Ahora, con su nombre ya vinculado a otro gigante del grupo Kering, Gucci, se abre una nueva etapa.