
Casa Real
La Reina Letizia recupera su vestido verde salvia con plumas para su primera cena en Pekín con el presidente de China
Doña Letizia opta por la elegancia sobria y rescata una de sus piezas más especiales, que ya llevó en los Premios Princesa de Asturias 2021

La primera jornada del viaje de Estado de los Reyes a China está dejando imágenes de alto valor diplomático… y también estilístico. Tras un primer encuentro en Chengdú y varios actos oficiales, la Reina Letizia ha apostado por la discreción sofisticada para la cena privada ofrecida por el presidente Xi Jinping y su esposa, Peng Liyuan, ya en Pekín. Una ocasión en la que la Reina ha recuperado de su armario un vestido verde salvia con detalle de plumas, una de las piezas más comentadas cuando la estrenó en octubre de 2021.
Un vestido verde salvia con plumas, elegante y contenido
La opción del verde salvia no parece casual. Es un color asociado a la serenidad, la diplomacia y el equilibrio, un mensaje perfecto para una cita de carácter institucional y personal. El diseño, de corte midi y líneas depuradas, destaca por su silueta fluida y una manga tipo capa que aporta movimiento sin necesidad de grandes adornos. El detalle diferencial se encuentra en el lateral adornado con plumas en el mismo tono, que suma textura y un guiño sofisticado sin caer en el exceso.

Aunque su autoría no se ha confirmado, todo apunta a que se trata de un modelo salido del taller de su modista de confianza, como ya ocurrió en su primera aparición.
Accesorios dorados para iluminar
Para acompañar el vestido, la Reina Letizia ha elegido slingback doradas, un básico refinado que aporta luz y actualiza el conjunto sin restarle sobriedad. En cuanto a las joyas, ha preferido seguir la línea de la discreción, manteniendo el protagonismo en la pieza principal. El cabello suelto, peinado con raya lateral y acabado pulido, refuerza el equilibrio entre sencillez y elegancia.

El look de la mañana: rosa vibrante en Chengdú
Horas antes, durante su primer acto en Chengdú, doña Letizia había apostado por una imagen diferente, mucho más colorista. Allí lució un vestido fucsia de corte minimalista, también procedente de su costurera privada. Una elección que sorprendió por la viveza del color y que contrastó de forma evidente con el tono mucho más sereno y diplomático del estilismo nocturno. La combinación de ambos looks en un mismo día muestra una estrategia estilística clara: mensaje institucional por la noche, presencia cercana y moderna por la mañana.

Una línea estilística coherente en este viaje
Con estas dos elecciones, la Reina mantiene su apuesta por la sostenibilidad, recuperando prendas que ya ha lucido anteriormente, y reafirma el papel del vestuario como herramienta silenciosa de representación. Sin estridencias, pero con intención. Sin etiquetas comerciales visibles, pero con una identidad propia cada vez más marcada. Sin duda el más esperado es el de la cena de gala de mañana.
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