Castilla y León

Despiden a 20 mineros de La Escondida, en León, por falta de acuerdo con Endesa

El motivo es el desencuentro con la eléctrica para contratar suministro de carbón a la central de Compostilla

La Razón
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Siguen las malas noticias para el sector minero de Castilla y León. La empresa minera Hijos de Baldomero García (HBG) acaba de despedir a la veintena de operarios que contrató el pasado 22 de enero para reactivar la extracción de carbón en la mina «La Escondida», situada en la localidad lacianiega de Caboalles de Arriba, según confirmaban en el día de ayer fuentes de la plantilla.

El motivo de este cese viene provocado después de la falta de acuerdo entre la empresa y la eléctrica Endesa para cerrar contratos de suministro de carbón a la térmica de Compostilla, en Cubillos del Sil.

Tras menos de un mes de actividad, los empleados recibieron la carta de despido. «Ellos contaban con un margen para preparar la mina y esperaban cerrar contratos durante la primera quincena de febrero», explicaba uno de los trabajadores afectados en declaraciones recogidas por la Agencia Ical, quien aseguró que las intenciones de la compañía pasaban por contratar a otros 20 operarios más, una vez se reactivase el suministro de mineral a la planta.

Pero debido a la falta de acuerdo y a la ausencia de expectativas para cerrarlo «no a corto ni a largo plazo», los representantes de la plantilla calificaron de «incomprensible» que Endesa no haya acordado compras con «la única empresa saneada que existe en la actualidad en el sector minero».

Suspenden la huelga

Mientras, los trabajadores de la Compañía Minera Astur Leonesa han suspendido las dos jornadas de huelga previstas para la jornada de ayer y para el día de hoy después de anunciar que trabajarán con total normalidad en las instalaciones del pozo antiguo de Cerredo, según explicó el presidente del comité de Empresa, Pablo Ménguez.

Tras la asamblea celebrada en las últimas horas, los empleados consideraron innecesario desplazarse hasta Oviedo, como ya hicieron el pasado sábado, para que «después la administración concursal se niegue a recibirnos».

En este sentido, los empleados de la empresa se mostraron optimistas, y confiaron en recibir «novedades» por parte de la administración a lo largo de la presente semana.

«Esperaremos a los próximos días porque la empresa tiene que cobrar la facturación de los que se metió la semana pasada en la térmica», explicó el representante de los empleados.

Además, los transportistas que llevan carbón desde la mina hasta la central de Compostilla, que acumulan tres quincenas de impagos, se unieron este pasado lunes a las protestas de los mineros, por lo que los trabajadores confían en que la situación puede resolverse y sus demandas puedan ser atendidas.

Al respecto, los empleados acumulan impagos por valor de dos nóminas y media, sin que ni la administración concursal ni el juez que lleva el concurso se hayan puesto en contacto con el comité de empresa para tratar de fijar un plan de pagos. En caso, de no recibir noticias, los trabajadores celebrarán el lunes una nueva asamblea.

Y es que la situación del sector, lejos de mejorar, va a peor. Una minería que contaba hace unos años en Castilla y León con miles de empleados y decenas de empresas se encuentra en estos momentos con 400 trabajadores en activo.

Una situación que se pueda agravar más en un año clave, ya que a partir de próximo deberán echar el cierre aquellas explotaciones de carbón deficitarias, mientras que las rentables deberán devolver las ayudas que han estado percibiendo desde el año 2010. A ello hay que añadir la amenaza de cierre de las centrales térmicas de interior en la Región y el fin del Plan de Carbón vigente desde 2013.

En otro orden de cosas, cada vez hay más empresas mineras que se hayan abocadas a concursos de acreedores y procesos de liquidación, desde la crisis abierta en el año 2012, y que está dejando un sector reducido con contratos inestables, como vienen denunciando en los últimos meses los representantes sindicales de la minería regional. A todo ello se suma el alto número de prejubilaciones de la mano de un proceso de reconversión en el Plan del Carbón.