La confesión de Jordi Pujol el pasado mes de julio acerca de la fortuna ocultada a Hacienda durante 35 años y las decepcionantes explicaciones que ofreció el 26 de septiembre –no respondió ni una sola pregunta de los diputados – convenció definitivamente al Parlamento de Cataluña de forzar la creación de una comisión de investigación. Sin embargo, CiU intenta convertir la comisión en algo muy distinto a un examen sobre las prácticas del clan Pujol y busca un desfile de dirigentes del PP y del PSC afectados de una manera u otra por algún escándalo.

Hasta tal punto es así que CiU únicamente ha incluido en la lista de dirigentes de Convergència el nombre de Jordi Pujol (una petición unánime por parte de los grupos). El resto son ex dirigentes del PP, como Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta, y cargos actuales como Jorge Fernández Díaz, Jorge Moragas y Alicia Sánchez-Camacho. CiU también ha decidido pedir la comparecencia de figuras del PSC como José Zaragoza y Manuel Bustos.

No hay rastro de los millonarios hijos de Pujol en las citaciones de CiU, ya que el objetivo de la federación nacionalista es que la comisión de investigación se convierta en un cuadrilátero para repasar otros escándalos que salpicaron a socialistas y populares, como el «caso Pretoria», la «operación Mercurio» o el «caso Bárcenas».

Quien se puede sentir completamente a salvo es Artur Mas, ya que únicamente lo quieren citar PP y Ciutadans, pese a que el ahora presidente de la Generalitat fue conseller de Obras Públicas en el tardopujolismo. El PP no sólo quiere que comparezca Mas, sino que ha efectuado una extensa lista de dirigentes de CiU, tanto actuales (Josep Antoni Duran Lleida, Felip Puig) como antiguos (Lluís Prenafeta, Macià Alavedra, Jordi Planasdemunt y Jaume Roma, entre otros). Los populares también quieren sentar a Josep Lluís Carod-Rovira –quien relató recientemente que las comisiones que cobraba el Govern de CiU no eran del 3 por ciento, sino del 5 por ciento–, José Montilla y Oriol Junqueras.

En todo caso, será difícil que muchas de las propuestas prosperen y habrá que ver las mayorías que se producen este viernes, momento en que está prevista la primera sesión de trabajo de la comisión de investigación en el Parlament.

Lo que está claro es que CiU tiene muchos números de salirse con la suya y lograr que la comisión de investigación del «caso Pujol» pase a ser algo muy distinto, ya que si bien la citación del ex presidente está garantizada –otra cosa es que el patriarca la acepte, puesto que las comparecencias del Parlament no son de obligado cumplimiento–, también lo está la de otros dirigentes como Alicia Sánchez-Camacho (presente en la comida del restaurante La Camarga, donde Victoria Álvarez –ex amante del primogénito de Pujol– que pinchó Método3) , Cristóbal Montoro, Ignacio Cosidó y Jorge Moragas. Todos ellos generan mayoría entre varios grupos parlamentarios.

Analizar el fraude fiscal

Es difícil prever, hoy por hoy, la evolución de una comisión de investigación cuyo objetivo de analizar el fraude fiscal ha valido a los grupos parlamentarios para incluir todo tipo de nombres. Se votará, por ejemplo, la comparecencia de los ex gestores del Palau de la Música Félix Millet y Jordi Montull, que ya fueron citados en la comisión que investigó ese caso y que, pese a que acudieron a la Cámara, se negaron a responder preguntas.

Y se someterán también a votación otros nombres como el de los ex presidentes del Gobierno José María Aznar y Felipe González, cuya presencia reclaman ERC e ICV. Los republicanos también han incluido al comisario jefe de la UDEF, Manuel Vázquez, y el máximo responsable del CNI, Félix Roldán.

Otros nombres que acabarán votándose en la comisión son los del ex director general de Prisiones Xavier Martorell; la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; el eurodiputado de C’s Javier Nart; el ex diputado y padre de la Constitución Miquel Roca, y los antiguos fiscales –y bestias negras del pujolismo– Carlos Jiménez Villarejo y José María Mena.