Teatro

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¿Quién llora a los payasos?

El Teatre Lliure acoge el montaje «El somriure al peu de la escalera», versión escénica del célebre texto de Henry Miller que tilda a la figura del payaso de poeta, artista y santo

Jordi Martínez interpreta al payaso August, una especie de alter ego de Henry Miller
Jordi Martínez interpreta al payaso August, una especie de alter ego de Henry Millerlarazon

El Teatre Lliure acoge el montaje «El somriure al peu de la escalera», versión escénica del célebre texto de Henry Miller que tilda a la figura del payaso de poeta, artista y santo

Una mañana de marzo, Mar F. iba de camino al trabajo cuando una mujer payaso le preguntó si sabía dónde se habían escondido los ronquidos. Mar F. trabajaba en un teatro y estaba acostumbrada a ver cosas muy raras, pero en esta ocasión se sintió un poco descolocada e incómoda. Se rio, sí, pero como esos cachoritos que estornudan de golpe, una respingo, una cortesía, nada, y se marchó esperando que esa mujer no la siguiese. «¡Y los ronquidos, mis ronquidos!», oyó a su espalda, pero no se atrevió a girarse.

Cuando llegó al teatro, tenía tanto trabajo que la imagen de aquella payasa se le marchó de la cabeza al instante. Sin embargo, a la hora de irse a casa, allí continuaba aquella mujer de rostro blanco y ansia en la voz. «¡Y los ronquidos, los míos, los tuyos, los que sean!», gritó mientras la pobre Mar F. corría calle arriba a coger el metro. Oyó risas. Si algo sabía es que no eran suyas.

Cuando llegó a casa, su novio la vio muy alterada, pero no le preguntó cómo se encontraba porque era idiota, qué le vamos a hacer, y quería contarle primero algo muy divertido que le había pasado en su trabajo. Ella tampoco le escuchó, se limitó a reir, sí, pero como esos cachoritos que estornudan de golpe. «¿Y qué tal tu día?», le preguntó entonces el novio, pero ella ya no tenía ningunas ganas de hablar con él y le dijo que se iba a la cama.

Aquella noche no pegó ojo. La imagen de la payasa no se le marchaba de la cabeza, y menos todavía sus inquietantes palabras. Su novio, de nariz corva y resonante, roncaba como los últimos cañonazos que hundieron las galeras españolas y llenaron de tesoros el fondo de los mares. Mar F. estaba asustada, pues quizá era eso a lo que se refería la mujer payaso. ¿Ronquidos? Allí los tenía todos.

Al día siguiente se levantó muy temprano, dejando a su novio todavía dormido. Tenía unas ganas locas de encontrarse con la payasa y avisarle de dónde estaba lo que buscaba con tanto ahinco. «¡Sé donde están los ronquidos, tiene que venir conmigo», le dijo a una mujer vestida de colores chillones. «¡Déjame en paz, payasa!», dijo aquella señora y se marchó calle arriba mirando con desagrado a la pobre Mar F., que no entendía nada. Oyó risas. Si algo sabía es que no eran suyas.

Cuando llegó al teatro, estaban ensayando el montaje «El somriure al peu de la escala», de Henry Miller, en el que el protagonista es un payaso que no encuentra su sitio en el mundo. Y de pronto Mar F. se sintió ese payaso, y sintió que aquel teatro era su sitio en el mundo, y se sintió bien, en calma, y no lo pudo evitar, se quedó dormida en aquella incómoda butaca, roncando de lo lindo. «¡Que alguien despierte a esa payasa!», dijo el director, pero hay que perdonarle, no era una buena persona.

Entre circo y teatro

El Teatre Lliure acoge «El somriure al peu de la escala», de Henry Miller, después de que la temporada pasada tuvo que cancelarse la obra por culpa de un inoportuno accidente de su protagonista, Jordi Martínez. El actor es August, un payaso que ve cómo el público le da la espalda después de ofrecerle lo mejor que tiene. Porque, ¿qué ocurre cuando los milagros que puedes ofrecer no los quiere nadie? A partir de aquí iniciará una aventura para reconciliarse consigo mismo y con los demás. «Nunca había hecho un viaje tan bestia como este en busca de la felicidad y lo imposible», comenta el actor de uno de los papeles de su vida, sin duda.

Ramon Simó dirige a un elenco que incluye a Joan Arqué, Oriol Boixader, Tanja Haupt y Griselda Juncà, mezclando circo con teatro y poesía. «Quizá Henry Miller es August o quizá August somos todos, quizá todos buscamos encontrar nuestro lugar en el mundo y quizá lo intentemos sinceramente», dice Simó.