Gastronomía

El Llop: Un café con cocina que apuesta por una gastronomía de sabores diferentes

El restaurante El Llop ha absorbido la personalidad del barrio el Raval para convertirse en un lugar al que acudir y poder comer a cualquier hora del día.

Ubicado en el corazón del barrio del Raval, el local apuesta por un estilo y una decoración de carácter industrial e informal. Foto: Shooting
Ubicado en el corazón del barrio del Raval, el local apuesta por un estilo y una decoración de carácter industrial e informal. Foto: Shootinglarazon

El restaurante El Llop ha absorbido la personalidad del barrio el Raval para convertirse en un lugar al que acudir y poder comer a cualquier hora del día.

El grupo En Compañía de Lobos ha querido apostar por una concepto moderno, cosmopolita y muy singular para dotar de personalidad a su restaurante El Llop, abierto desde hace un año. Ubicado en el barrio del Raval, este establecimiento ha querido integrarse, mimetizarse con el vecindario y, en este sentido, en diciembre dio un giro a su oferta y filosofía para convertirse en un «café con cocina».

«No queremos que se defina como un restaurante porque ese concepto que implica rigidez de horarios. El Llop se identifica más con un café porque es un lugar al que se puede venir a cualquier hora, pero además tiene cocina y ofrece comida durante todo el día», comenta Julia Kleist, consultora gastronómica, quien indica que «ello va acorde con el estilo del barrio». «El Raval es una zona cosmopolita, por la que transita gente de todo el mundo durante todo el día, es dinámica, joven y multicutural, y El Llop se adapta a ello».

En este sentido, la oferta gastronómica tiene un carácter muy internacional, «con recetas y productos de todo el mundo», apunta el chef Marcelino Jiménez, para quien sin embargo existe un denominador común entorno al cual se articula la oferta como es el de «ofrecer una comida especial, que no se pueda comer en otros restaurantes». «Buscamos una cocina sencilla en el momento de montar los platos, pero damos una vuelta a las elaboraciones, a los platos tradicionales buscando siempre sabores diferentes», comenta el chef. Como ejemplo, la hamburguesa vegetariana de espinacas con zanahoria negra, el «hot dog» con mayonesa japonesa de sésamo o el picantón con miso blanco a baja temperatura y acabado al carbón del Josper.

Y pese a que El Llop no es un restaurante vegetariano o Helthy como tal, lo cierto es que fomenta la alimentación saludable a través de la materia prima con la que trabaja. «Usamos un producto de máxima calidad, que viene de pequeños proveedores, e intentamos hacer la mayor parte de cosas nosotros», asegura Jiménez para a continuación indicar que trabajan «con productos exclusivos, especiales, y huimos de lo industrial». Ese producto es el que se utiliza para elaborar tanto los platos de la carta, pensada principalmente para compartir, como los del menú, que por 13,90 euros ofrece dos primeros, dos segundos y dos postres a escoger y que se cambia a diario.

Pero además, El Llop, en su voluntad de convertirse en un punto de encuentro a cualquier hora del día, ofrece también desayunos y meriendas, con platos muy elaborados y variados, así como una carta algo más reducida para poder comer entre horas y cócteles para maridar con las cenas o disfrutar al atardecer. Además, los jueves por la noche cuenta con música en directo.

En definitiva, este restaurante reproduce el concepto de establecimientos cosmopolitas de otros lugares del mundo, hasta el punto que el cliente «podría olvidarse que está en Barcelona y sentirse como si estuviera en Nueva York o Ámsterdam», comenta Kleist. En esta línea, se ha apostado por un estilo y decoración de carácter industrial e informal, con columnas y paredes de ladrillo y cocina abierta.