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El Picasso de Sabartés

Ve la luz una nueva edición del libro escrito por el secretario del artista, uno de los títulos más importantes en la bibliografía del genio malagueño

Retrato que Picasso dedicó a Jaume Sabartés / Succession Picasso
Retrato que Picasso dedicó a Jaume Sabartés / Succession Picassolarazon

Este año se han cumplido cincuenta de la desaparición de Jaume Sabartés, quien fuera amigo, confidente y secretario personal de Pablo Picasso. A raíz de la efeméride se ha abierto a los investigadores la consulta de la correspondencia de Sabartés con Picasso, guardada en el museo que lleva su nombre en Barcelona.

Este año se han cumplido cincuenta de la desaparición de Jaume Sabartés, quien fuera amigo, confidente y secretario personal de Pablo Picasso. A raíz de la efeméride se ha abierto a los investigadores la consulta de la correspondencia de Sabartés con Picasso, guardada en el museo que lleva su nombre en Barcelona. Precisamente este centro, nacido gracias a la generosa donación que el escritor y secretario hizo de sus fondos pictóricos, prepara una gran exposición para este otoño sobre esa amistad que se tradujo en no pocos trabajos artísticos del malagueño y una copiosa correspondencia. A ello hay que sumar un libro fundamental para conocer al genio malagueño escrito por Sabartés y que, por desgracia, permanecía descatalogado desde hacía años.

«Picasso. Retratos y recuerdos» vuelve ahora a las librerías bajo el cuidado de Rafael Inglada, una de las más importantes autoridades en los estudios picassianos. Inglada se ha encargado de fijar el texto y anotarlo de manera que no se nos escape ningún detalle de las muchas historias picassianas que Sabartés incluye en su relato. A ello hay que sumar un prólogo iluminador de otra picassiana de pro, la estadounidense Marilyn McCully.

El testimonio de Sabartés es excepcional dentro del mundo de Picasso. Pocas personas tuvieron un acceso como el suyo al pintor y durante tanto tiempo, una aventura artística y literaria que se inicia en los años juveniles en la Barcelona de la cervecería modernista Els 4 Gats, los burdeles de la calle Avinyó y las clases de pintura en la Llotja. Y es que Sabartés sacrificó su vida, su propia carrera como escritor, para consagrarse en ser la sombra fiel de un pintor que siempre necesitó un apoyo, especialmente amigo y literario.

De la mano de su autor, en «Picasso. Retratos y recuerdos» , publicado por primera vez en francés en 1946, podemos acompañar al genio malagueño por sus talleres y por los cafés que frecuenta. Gracias a este relato podemos ser copartícipes de la amistad entre Picasso y Sabartés, con algunas notas deliciosas. Véase, por ejemplo, una escrita en París con personalísimo estilo cuando el artista ya es un nombre consagrado, es decir, ya es el autor de «Guernica»: «Amigo Sabartés, me prometiste que vendrías a verme ya sé que no te gusta ver a la gente si quieres nos veremos “d'amagat” cuando quieras ven si quieres por la mañana rue La Boétie escríbeme aquí tuyo Picasso ahora otra cosa Paco Durrio quiere verte le he dado cita en mi taller el martes próximo a las 3 y 1/2 aù 4 hs. Ven. Te esperamos hoy es jueves 30 de junio de 1938». Unos meses más tarde le vuelve a enviar una nota con estas palabras: «Amigo Jaumet, ¿Puedes venir esta tarde rue des Grands-Augustins? Ven y verás cosas de reír y llorar, además hablaremos de otras cosas...»

También el libro nos sirve para conocer como es el día a día de Pablo Picasso, por ejemplo a finales de los años 30. Dejemos otra vez que sea Sabartés quien nos lo relate: «Por lo general, las horas de la mañana se pasan en el piso de la rue La Boétie, a excepción de la que dedicamos al funeral de M. Vollard. Luego almorzamos en Lipp, entramos en Flore para tomar café, a veces nos llegamos hasta la rue des Grands-Augustins, vamos una vez a Le Tremblay para recoger alguna cosa. Las demás tardes se escurren viendo al uno y al otro, etc., etc., terminamos la jornada en Flore, por lo general, o en el Dôme. A medianoche dejamos el café y nos separamos en la place de la Concorde».

Muy probablemente sea Jaume Sabartés quien más ha sabido de Picasso, quien vivió con más intensidad a la sombra del genio. Por eso su libro es de consulta obligatoria tanto por lo que dice como por lo que seguramente no nos quiso decir. Cabe decir que el mismo Picasso fue quien aplaudió la primera salida pública del texto, conviritiéndose inmediatamente en una suerte de memorias picassianas. Porque Sabartés escribió la autobiografía que nunca redactó su querido amigo. Por eso podemos decir que él abre una puerta por la que pasarán nombres como Josep Palau i Fabre, Roland Penrose o John Richardson. Es una proyección amable, pero útil para cualquier biógrafo y que nos alumbra sobre uno de los más grandes genios del siglo XX.

Inglada, además de la monumental anotación del texto, ha incorporado nuevos materiales a esta edición. Destacan dos poemas de Sabartés, algunas fotografías poco conocidas y, especialmente, una rigurosa cronología del biógrafo picassiano que pasa ahora a ser herramienta imprescindible para fijar la vida de un autor que todavía no tiene biografía.

Fiel hasta las últimas consecuencias, Sabartés quiso que su legado fuera para la ciudad en la que nació la amistad que le cambió la vida. Los óleos, los dibujos y los grabados guardados durante años fueron los cimientos sobre el que se construyó lo que hoy es el Museu Picasso de Barcelona. Cuando el secretario del artista falleció, Picasso quiso seguir manteniendo encendida la llama de aquella amistad regalando ejemplares de su obra gráfica a su museo de la capital catalana, todas ellas con la anotación manuscrita «Pour Sabartés».

La edición de «Picasso. Retratos y recuerdos» no solamente es una buena noticia para los seguidores del autor de «Las señoritas de Aviñón». Porque este libro, editado por Confluencias y la Fundación Picasso, es también un recorrido por una de las etapas más extraordinarias de la historia del arte. Afortunadamente estaba allí Jaume Sabartés para contarlo y, por fortuna, Rafael Inglada ha tenido el acierto de restaurar la memoria de quien todo lo supo de Pablo Picasso. Leer estas páginas es recuperar la voz del gran artista malagueño.