El cuerpo vuelve a arremeter contra la gestión de Colau por la falta de medios y la «pérdida del principio de autoridad».

Los nuevos datos sobre delitos en Barcelona, según el Ministerio del Interior, y difundidos ayer por la Guardia Urbana no son nada halagüeños, lo que está provocando las quejas del cuerpo, sobre todo en lo referente a la gestión de la alcaldesa, Ada Colau. Cada hora se cometen en la ciudad un total de 20 delitos.

La Central Sindical Independente y de Funcionarios (Csif) consideró «alarmante» esta cifra. En el primer semestre de este año los delitos se incrementaron un 20,5 por ciento, pero un problema añadido es que el balance no mejoró en absoluto en verano, más bien todo lo contrario.

Problema en Ciutat Vella

Concretamente, en julio aumentaron un 13,6 por ciento, y un 21,1 en agosto. Mención especial para el distrito de Ciutat Vella, con una subida del 15,4 y 24 por ciento, respectivamente. También cabe destacar que el incremento más fuerte en estos dos meses hacen mención a los robos con violencia o intimidación, con unas subidas superiores al 58,8 y 53,9 por ciento.

Con estos datos, el secretario autonómico de Administración Local de Csif Cataluña, Eugenio Zambrano, no dudó en calificar de «fracaso político» la gestión del gobierno de Colau. Añadió, en declaraciones a LA RAZÓN, que en esta legislatura «ha faltado apoyo institucional, seguridad jurídica en las intervenciones policiales, seguridad laboral, y se ha perdido uno de los principios más importantes para hacer cumplir la ley, garantizar la seguridad y la convivencia, que es el principio de autoridad».

Los datos son realmente alarmantes, ya que de los once delitos tipificados únicamente descienden las denuncias por tráfico de drogas, pese al fuerte auge de los narcopisos, en el Raval y en la Barceloneta. El resto, todos han subido respecto a 2017, sobre todo los homicidios dolosos y asesinatos en grado de tentativa (46,7 por ciento más), robos con fuerza en domicilios (aumento del 31,1 por ciento, una de las peores lacras ahora mismo, no solo en Barcelona), robos con fuerza en establecimientos (27,8 por ciento más) y otro clásico de la ciudad, los hurtos (22,7 por ciento de incremento). El crecimiento de los demás delitos son menos importantes, pero ninguno desciende.

Según el Csif, la gestión de Colau está provocando varios problemas, como una «gran desafección, frustración profesional y desorientación en los objetivos a cumplir», lo que ha terminado por causar una «gran desmotivación” en la Guardia Urbana, una especie de «depresión colectiva», según Zambrano.

A ello se suman otras demandas, más materiales. Denuncian que faltan medios, como armas largas, pistolas taser, lanzadoras, y también más formación, recursos humanos y mejores instalaciones policiales. Por si fuera poco, ahora el gobierno municipal ha decidido eliminar la unidad de antidisturbios (USP).