Alumnos

La realidad virtual pone a los alumnos en la piel de una víctima de bullying

Crecen los casos de acoso en grupo en 2017. Más de 16.000 jóvenes catalanes sufren violencia escolar.

Respuesta artística a la muerte de Rebecca Sedwick, que se quitó la vida agobiada por el acoso que sufría por parte de sus compañeras de colegio.
Respuesta artística a la muerte de Rebecca Sedwick, que se quitó la vida agobiada por el acoso que sufría por parte de sus compañeras de colegio.larazon

Crecen los casos de acoso en grupo en 2017. Más de 16.000 jóvenes catalanes sufren violencia escolar.

El 18 de mayo vuelve «Por trece razones», la segunda temporada de la serie que hace un año se convirtió en un fenómeno social al abordar sin rodeos el acoso escolar, las violaciones o el suicidio adolescente. Y lo hace acompañada de una campaña para luchar contra el bullying. Para promocionar su regreso, la plataforma de televisión Netflix ha colgado en su cuenta de Twitter un vídeo que es un auténtico experimento social. Una veintena de alumnos analizan qué es y cómo afrontan el acoso escolar.

Primero escriben en la pizarra insultos que suelen escuchar en la escuela. «Zorra», «moro de mierda», «puta china», «maricón» o «ballena» son algunas de las frases que anotan. A continuación, se pide a los que han recibido alguna vez uno de estos insultos que se pongan delante de la pizarra y que cuenten qué sienten. Casi todos se levantan.

Luego, deben borrar los insultos de la pizarra y escribir tres cualidades que admiran de sus compañeros. «Valiente, optimista, alegre», son algunas de las virtudes que destacan. Sin embargo, muy pocos levantan la mano cuando se les pregunta quién ha recibido estos halagos. Es más habitual recibir insultos que piropos. «Me parece deprimente que se oigan más defectos que cumplidos», dice un chaval. La ONG Save the Children alerta de que que 7 de cada 10 adolescentes en Cataluña reconocen hacer recibido insultos y el 27% asegura que son frecuentes.

Finalmente, se les pide a los alumnos que pongan nombre y cara a las virtudes que han escrito. Y los chicos se emocionan. «Nadie me dice cosas positivas», comenta un joven, «pero que no te las digan, no significa que realmente no las tengas», le responde una compañera. «Por muy insignificantes que parezcan tres palabras, me hacen sentir muy bien», agrega una chica, una reflexión que enlaza con el epílogo del vídeo: «Nadie sabe con certeza cuánto impacto puede causar en la vida de los demás».

Para ayudar a los jóvenes a meterse en la piel de una víctima de acoso escolar, investigadores del Hospital Parc Taulí de Sabadell y del centro tecnológico de Cataluña, Eurecat, ha puesto en marcha un proyecto de realidad virtual en el que participan 200 alumnos de secundaria. La idea es dividir a los alumnos en tres grupos. Uno creará un entorno virtual que simulará la experiencia cotidiana de una víctima de acoso escolar. Otro visualizará el contenido con unas gafas de realidad virtual que le podrán en la piel de la víctima. Y el tercero ejercerá de grupo de control.

Científicos del IDIBAPS, vinculado al Hospital Clínic ya puesto ya en marcha una experiencia similar para los hombres maltratadores. Los hombres maltratadores tienen dificultades para reconocer el miedo y el daño que causan en sus víctimas y para estimular su empatía a través de al realidad virtual se meten en la piel de la víctima. Como se están obteniendo buenos resultados, el IDIBAPS, se planteaba utilizar esta técnica para prevenir el acoso escolar.

Coincidiendo con el Día Internacional del Acoso Escolar, que se celebra hoy, el Gobierno, explicó que desde que se creó el teléfono contra el acoso escolar –900 018 018–, ha recibido 32.500 llamadas, de las que 12.066 responden a potenciales casos de bullying. Save the Children denuncia que sólo en Cataluña, más de 16.000 adolescentes son víctimas de acoso escolar y 12.500 de ciberbullying. Un 34,5% admite haber sufrido golpes, un 8,4% de manera frecuente. Un estudio de Mútua Madrileña y la Fundación ANAR advierte de un aumento del número de casos de acoso en grupo, pasa del 55% al 66% en el último año.