Conciliación

La reforma horaria: la revolución que no llega

El conflicto Cataluña-España trunca el calendario para europeizar los hábitos del país

Los niños de 6º del colegio Cervantes de Ciutat Vella pidieron tener más tiempo para estar con la familia
Los niños de 6º del colegio Cervantes de Ciutat Vella pidieron tener más tiempo para estar con la familialarazon

El conflicto Cataluña-España trunca el calendario para europeizar los hábitos del país.

El primer debate de investidura en el que Quim Torra no logró los votos para proclamarse president de la Generalitat arrancó un sábado a las once y media de la mañana y terminó pasadas las ocho de la tarde. Fue un día perdido con la familia y amigos para los diputados, periodistas, mossos y ujieres que trabajan en el Parlament de Cataluña. La conciliación ha salido mal parada de la batalla Cataluña-España. Siete meses sin gobierno catalán ha dejado en el aire las iniciativas para avanzar hacia la reforma horaria. El Govern debía promover la revolución social para que en 2025 los catalanes dejaran de tener la jornada laboral más larga de Europa y pudieran cenar entre las siete y las nueve de la noche, como muy tarde. En España se trabaja 300 horas más al año que en Alemania y 200 horas más que en Holanda. Un informe de IESE reciente constata que 7 de cada 10 españoles cree que su empresa dificulta la conciliación.

¿Cómo hacer esta revolución social? Implicando a las empresas, las familias, los medios de comunicación, el comercio y la comunidad educativa. Hace un año, en un acto solemne celebrado en el Saló Sant Jordi del Palau de la Generalitat, el todavía president Carles Puigdemont firmaba el Pacto por la Reforma Horaria en el que 110 instituciones y organizaciones se comprometían a caminar hacia el objetivo 2025. En octubre, la iniciativa por la Reforma Horaria, un comité de quince expertos que diseñó las bases de esta revolución dio por finalizado su trabajó y entregó el relevo al gobierno catalán y actores sociales. Ellos eran los responsables de lograr los objetivos. Presidència debía crear una oficina para coordinar y continuar impulsando el camino hacia 2025. Pero uno de los quince promotores de la reforma horaria, Fabián Mohedano, lamenta que «desde que se firmó el pacto apenas hemos hecho nada, sobre todo, por la situación política».

Coincidiendo con la Semana de los Horarios, que arrancó ayer con más de 40 actividades hasta el 15 de junio, la consellera por la Presidència, Elsa Artadi, anunció que la Generalitat pondrá en marcha la Oficina de la Reforma Horaria, que dependerá de su departamento, para desplegar el pacto que aprobó el Govern en julio de 2017. Como muestra de buena voluntad ha adelantado el consejo ejecutivo media hora. Se hará a las 9.30 horas y la portavoz comparecerá a las 13.00.

Para que la reforma horaria cuaje, todos los actores deben implicarse. El pequeño comercio es uno de los pilares, pero no abrirá antes, comerá en menos tiempo y cerrará antes, si las grandes superficies no se suman. Y Mediaset no cambiará el «prime time», la punta de audiencia en España es a las 22.50 horas, si no lo hace Atresmedia. El Govern deberá implicar muchos actores, también al Gobierno, marcar un «minuto cero» y tomar medidas coercetivas.