Misterio sin resolver

Este año que empieza mañana será el del 80 aniversario del final de la Guerra Civil. Sospecho que verán la luz con motivo de la efeméride algunos libros que tratarán del tema, que arrojarán algo de luz sobre los últimos días de la República y los primeros del franquismo. Esa bibliografía, si está bien hecha, es y seguirá siendo necesaria para todos. Porque aún hay mucho en lo que indagar sobre ese tiempo y conviene que la verdad salga a la luz.

Eso me recuerda que en Barcelona todavía hay un tema por aclarar relacionado con el conflicto bélico. Ignoro en qué punto se encuentra, pero lo que sí sé es que todavía es un misterio sin resolver. Me estoy refiriendo a la muerte del prelado de Barcelona Manuel Irurita, quien habría sido asesinado por anarquistas en 1936. Hace unas semanas alguien me dio algunos detalles de una investigación que se realizó sobre el tema en fecha cercana y apunta a que todavía no está claro el paradero de Irurita. Sí, el Arzobispado de Barcelona afirma que sus restos son los que están enterrados en la catedral de la capital catalana, pero parece que no está muy claro si el sepultado allí es el religioso o su sobrino.

Tal vez sería el momento de crear una pequeña comisión que se encarga de establecer la verdad sobre el tema, especialmente al tratarse de un hombre que fue vilmente asesinado o, como mínimo, fue invitado a desaparecer y no creo que con muy buenas palabras. En 2012, Ponç Feliu y Miquel Mir publicaron una potente investigación sobre el caso titulada «El misteriós assassinat del bisbe de Barcelona». La mayoría de preguntas que planteaba ese libro siguen todavía hoy abiertas. Tal vez el 80 aniversario del final de la contienda podría ser una buena excusa para cerrar el caso.