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«No hay que escoger entre dos tradiciones en Cataluña. Las dos son la misma»

La entrevista Sergio Vila-Sanjuán, periodista y escritor

Sergio Vila-Sanjuán, periodista y escritor / Foto: Shooting
Sergio Vila-Sanjuán, periodista y escritor / Foto: Shootinglarazon

Sergio Vila-Sanjuán, periodista y escritor, asegura que «en los 70 y 80, el nacionalismo hace una lectura de la tradición catalana donde apunta las señales de diferenciación con respecto a España»

Sergio Vila-Sanjuán es uno de los periodistas culturales que mejor conoce el mundo editorial. En su nuevo libro, «Otra Cataluña», editado por Destino, analiza la poco estudiada cultura catalana en castellano.

–¿Se puede entender como una provocación el título de su nuevo libro?

–El título era simplemente para hacer hincapié que una Cataluña cultural que no ha explicado la tradición más nacionalista, al menos una parte. Está otra Cataluña es la misma. Una de las tesis del libro es que no tenemos que escoger entre dos tradiciones porque ambas forman parte. De la que yo hablo no se había estudiado en cien años y quería incidir en eso: es una tradición, es consistente y no es la que habitualmente se enseña.

–¿Es hacer frente a la Cataluña oficial, la institucional?

–En los años 70 y 80, el nacionalismo –primero fuera del poder y luego dentro– hace una lectura de la tradición cultural catalana donde quiere apuntar las señales de diferenciación con respecto a España; quiere fomentar la idea de una cultura catalana diferente y homogénea, tanto por lo que respecta al pasado como proyecto de futuro. Por tanto, para hacer esto lo que hace es minimizar la tradición cultural catalana en lengua castellano que ha sido muy importante y durante tres siglos la primera lengua de cultura en Cataluña. Eso se hace de una forma muy sistemática. Primero en escritos y yo cito en el libro la famosa encuesta de «Taula de Canvi» donde se plantea si esta cultura se tiene que eliminar. Pero luego cuando el nacionalismo se instala en el poder con Convergència i Unió, la política cultural que se desarrolla desde la conselleria y otros órganos está destinada a estimular y reconocer exclusivamente la cultura catalana en catalán. Por ejemplo, en el País Vasco, los premios nacionales de literatura se dan a las dos lenguas. Los institutos que se crean o recuperan, como la Institució de les Lletres Catalanes o el Ramon Llull, desde el principio no se les adjudica ninguna responsabilidad sobre la producción cultural catalana en castellano, y eso pese a que la industria editorial cultural es básica en este panorama. Pujol, que reivindicaba todas las competencias que podía, la única que no reivindicó fue la cultura catalana en castellano.

–El hecho de que su libro sea uno de los primeros en tratar este tema, ¿obedece a que nos encontramos ante un tabú?

–Tabú no es porque yo he hecho este libro. Desde el punto de vista de la cultura nacionalista o independentista es un tema que no interesa y que se quiere minimizar. Desde el punto de vista universitario, no ha interesado mucho, con excepciones como la de Adolfo Sotelo Vázquez, el ex decano de la UB que ha hecho un gran trabajo. Pero he visto que muchas de las obras que cito y que son claves en esta línea conductora las han recuperado hispanistas de otros sitios en los últimos años.

–Es curioso que no se reivindique a estos autores y que se llegue a convertir en acontecimiento cuando un autor que escribe en catalán se pase al castellano, como es el caso de «Victus» de Sánchez Piñol.

–Hay dos casos muy importantes de escritores que se han pasado del catalán al castellano. Uno es Terenci Moix que fue muy polémico porque fue acompañado de unas declaraciones suyas muy duras contra el mundo cultural catalán y Pujol. Este pase de Sánchez Piñol fue de ida y vuelta porque hizo dos novelas en castellano y ahora vuelve al catalán. Lo que sí tenemos con la democracia es mucho autor bilingüe. Por poner ejemplos, tenemos a Perucho, Porcel, Carme Riera o Valentí Puig, escritores que han trabajado en las dos lenguas: los de creación literaria en catalán y los de ensayo en castellano.

–En el libro desmonta el mito de la catalanidad de la Renaixença, por ejemplo, con el caso de Aribau.

–Esto es algo que saben los filólogos. Lo que hago es explicar este grupo de la preRenaixença, gente muy influyente en la cultura española porque son muy modernos y están metidos en proyectos editoriales que renuevan mucho el panorama, como es el caso de la Biblioteca de Autores Españoles de Aribau con Rivadeneyra. Además de renovadores, ellos tienen esa especie de prurito de recuperar el pasado medieval catalán. Es lo que Pradera llama el doble patriotismo porque trabajan en las dos direcciones. Entre medio hay un personaje que no se le suele asociar al grupo de los prerenaixencentistas porque es de otra cuerda, influyente para España y Cataluña. Es un cura joven que se llama Jaime Balmes, un personaje fascinante que llega a ser el autor más vendido en la España del XIX.