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Reinventando el arte religioso

Perico Pastor ante las dos obras que se exponen en el Espai VolArt
Perico Pastor ante las dos obras que se exponen en el Espai VolArtlarazon

Pocos artistas pueden presumir de ilustrar «La Biblia». Hace unos años, Perico Pastor se enfrentó con el texto religioso dando como resultado uno de sus mejores trabajos plásticas. Una de las consecuencias de esa labor son dos grandes cuadros que Pastor ha realizado para la decoración de la capilla de la Eucaristía y los Nuevos Mártires, de la basílica de los santos Justo y Pastor, en Barcelona.

Las dos grandes composiciones, de 2,5 por 2,6 metros, una donación de la Fundació Vila Casas a la basílica, se exponen junto con los estudios preparatorios y hasta mañana en el Espai VolArt de Barcelona. Posteriormente, durante este año, se instalarán definitivamente en la parroquia, cumpliéndose así el encargo que le hizo a Pastor el rector de la misma, Armand Puig.

Pastor explicó ayer que ha querido representar dos visiones de la eucarístia, extraídas del Antiguo y el Nuevo Testamento. La primera de las pinturas representa la llegada del maná por parte del pueblo de Israel durante su larga travesía durante cuarenta años por el desierto. Pastor comentó que quiso representar a esos hombres y mujeres como «una caligrafía de cuerpos en movimiento, lo que provoca que se fusionen con el paisaje en el que se desarrolla la acción. «Lo que más me interesó de este milagro son las dos características del maná, que cuando se ingiere tiene el gusto que tú quieres y que, aunque se puede comer a voluntad, no se puede almacenar para el día siguiente porque se acaba pudriendo», dijo el pintor.

Para la segunda obra dudó en representar la Última Cena, «pero es una pieza que debe estar sola, no puede estar acompañada de otra pintura como sucede aquí». Por ello, acabó optando por la representación del milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Es el banquete que Jesucristo organizó poco después de la muerte de Juan el Bautista, ordenada por el tetrarca Herodes Antipas. La escena está narrada en los cuatro Evangelios, aunque el artista ha optado por la explicación que del relato hizo San Juan porque es «más precisa», lo que ha hecho que se decantara en plasmar que los panes y los peces salieran de la cesta de un niño. Perico Pastor admitió que pese a ser ateo y no creer en los milagros, ha querido interpretar ese episodio de la vida de Jesucristo como «una acción de solidaridad y fraternidad en la que una cesta de peces y panes se puede convertir en alimento para muchos»

Su interés por el tema religioso no acaba aquí. Pastor no descarta retomar el tema para un proyecto aún por cerrar: un ciclo bíblico para las vidrieras de la Seu Vella de Lleida.