Política

El desafío independentista

Torra anuncia posibles expedientes en los Mossos por las cargas a los CDR

Alejandro Fernández (PP) evidencia la soledad del president incluso dentro del independentismo.

La manifestación de los Mossos ayer en el centro de Barcelona para pedir más efectivos y una mejora de las condiciones laborales.
La manifestación de los Mossos ayer en el centro de Barcelona para pedir más efectivos y una mejora de las condiciones laborales.larazon

Alejandro Fernández (PP) evidencia la soledad del president incluso dentro del independentismo.

- Quim Torra volvió a protagonizar ayer un discurso ambiguo e incluso contradictorio en algunos momentos para referirse a la polémica con los Mossos d'Esquadra y los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) después de los altercados del día de la Constitución. El president, que empezó criticando la actitud de los manifestantes por romper el cordón de seguridad en Girona y avalando a grandes rasgos la actuación del cuerpo, acabó anunciando la apertura de posibles expendientes y sanciones a aquellos agentes que, en sus propias palabras, actuaran «al margen del protocolo» establecido.

«Cualquier actuación incorrecta y mala praxis de los Mossos se estudiará», respondió el president ante las críticas de la CUP por la actuación de los agentes en los altercados de Girona y especialmente de Terrassa, donde resultó herida leve la diputada de la formación antisistema, María Sirvent. «Hubo imágenes que creo que no gustaron a nadie, se estudiarán, se analizarán y se expedientarán, claro que sí», reiteró enfatizando que «se tomarán las decisiones que se tengan que tomar» en la investigación abierta en el seno de los Mossos d'Esquadra.

Según Torra, lo que falló el pasado 6 de diciembre fue la «mediación» y anunció la creación de una «mesa de diálogo» con entidades sociales para reducir los conflictos en la calle.

«No se pueden atacar los cordones policiales como se atacaron, no se pueden lanzar vallas como se lanzaron», advirtió Torra a los CDR sin entrar en más detalles sobre su actuación.

Por su parte, el consejero de Interior, Miquel Buch, fue más explícito y directo en su defensa a los Mossos y dijo que «en ningún caso» han recibido injerencias políticas de su parte o del presidente de la Generalitat, Quim Torra. Asimismo, Buch también llegó a negar que Torra le pusiera un ultimátum para llevar a cabo una purga en el cuerpo en tan sólo cuatro días, una idea de la que luego se desdijo el president tras reunirse con el titular de Interior en el palacio de Pedralbes y ver las imágenes de los altercados en Girona y Terrassa.

«No pongamos a los Mossos en el pim pam pum de la política», reiteró en la misma línea el president Torra.

En una tensa sesión de control, Cs, PSC y PP llevaron también al Parlament la polémica por la posterior «inacción» de la policía catalana durante el corte de autopistas y levantamiento de barreras de peajes por parte de los CDR durante el fin de semana.

El portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa, denunció que Quim Torra y Miquel Buch «con una mano alientan la violencia y con la otra paran y maniatan a los Mossos d’Esquadra para que no hagan nada», como cree que se evidenció durante el puente de la Constitución, cuando la policía autonómica «no hizo nada» ante los cortes en autopistas, motivo por el que la Fiscalía les investiga.

En su turno de preguntas al Govern, el ex líder del PP catalán y diputado Xavier García Albiol denunció que Torra se ha dedicado a «desacreditar» la «profesionalidad» de los Mossos y advirtió de que cada palabra del presidente catalán en relación con la policía catalana es una «humillación» para los agentes.

Los «populares», de hecho, fueron los más críticos con la gestión del Govern en su particular «semana negra», enlazando escándalo tras escándalo desde el 6-D. En su intervención, el nuevo líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, denunció el papel de Torra con la crisis de los últimos días y evidenció su soledad en el Parlament: «En Cataluña no queremos guerras, por eso lo vamos a destituir y nadie va a derramar una sola lágrima por su destitución. Sus socios de ERC en privado respirarán aliviados y la mitad de Junts per Catalunya probablemente también».