Literatura

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Vivir para escribirlo

Gabriela Wiener presenta «Llamada perdida» donde ahonda en los límites de la autobiografía

La Razón
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A Gabriela Wiener su madre la regaña en alguna ocasión recriminándole que «tú lo cuentas todo». La autora ha hecho de lo autobiográfico, de lo vivido y sufrido, el tema y el eje de lo que escribe. Eso mismo se puede comprobar en las páginas de su nuevo libro, «Llamada perdida», editado por Malpaso, en el que podemos encontrar crónicas periodísticas, memoralísticas e, incluso, en forma de cómic. De esta manera podemos encontrar textos en los que la autora habla de sus encuentros literarios, de sus obsesiones, sus vivencias o sus miedos, todo ello narrado de manera magistral.

Wiener, en declaraciones a este diario, explicó que «la materia prima siempre es la realidad. Mi escritura está basada en cómo vivo las cosas». Eso queda patente en cada uno de los textos de «Llamada perdida» que le gusta definir como «un libro misceláneo. La gracia que tiene es no poder etiquetarlo».

El volumen se abre con la llegada de la joven Gabriela a Barcelona en 2003, año de la muerte de Roberto Bolaño. Es precisamente un homenaje póstumo a este autor en Blanes el protagonista de la primera crónica de Wiener, quien es una incondicional lectora del autor de «2666». «Para mí fue una manera de realizar una crítica enajenada de la literatura. Me encontré en una Barcelona “postboom”, con un escenario y un mundo editorial de reconocimientos a Bolaño, cuando yo buscaba al autor de “Putas asesinas” y “Los detectives salvajes”. Conocí en ese viaje a Toni G. Porta y Bruno Muntané, es decir, estoy con algunos de los personajes reales de las novelas de Bolaño. Esa experiencia fue como una iniciación».

Igualmente resulta fascinante el reportaje que dedica a la prolífica escritora de novelas rosa Corín Tellado, en ese momento ya próxima a la muerte y a la que encuentra en Gijón. «Me acerqué a ella como una nieta bastarda», dijo la autora quien empleó esta misma técnica para aproximarse a Isabel Allende, «nombres que han sido ninguneados por la academia y la crítica. No te obsesiones con estos personajes sino que te reflejas en ellos». En esto también Wiener quiso plasmar su oposición a que «se haya construido un canon literario que suele ser masculino. Solamente unas pocas mujeres pasan la línea, pero si hablan en su obra de hijas o abuelas se dice que son literatura femenina».

Pero Gabriela Wiener trata de rehuir las etiquetas para ella porque «he seguido mi propia búsqueda. No doy doctrinas, ni hago teorías. Por eso no creo que me haga daño contar lo que he vivido. Me gusta más sortearlo todo. Por eso es difícil encasillarme, aunque por fortuna algunos ven “Llamada perdida”como un libro literario».

Ese camino sigue pronto con un cómic que nació como crónica radiofónica y que próximamente aparecerá en las páginas de la revista francesa «21». Wiener confía en que ese material pueda ser próximamente un libro de viñetas autobiográficas. Ojalá.