
Alicante
Alcoy inicia su trilogía fiestera para reencontrarse con su historia
Cientos de alicantinos disfrutan estos días de las fiestas grandes de esta ciudad
La conocida Trilogía Festera de Alcoy, en la que Moros y Cristianos reviven uno de los episodios más importantes de la historia de esta ciudad, abrió ayer su telón para dar paso a la majestuosidad de sus desfiles, iniciando así los días grandes de este municipio.
La villa de Alcoy permaneció «tomada» por el ejército de la Cruz y las huestes de la Media Luna, dos bandos que desde primeras horas mostraron, sin entrar aún en combate, su poderío de color, sonido, pólvora y vestimenta.
Hechos históricos
A través de sus fiestas los ciudadanos de este municipio alicantino reviven en forma de trilogía los hechos históricos acontecidos en el año 1276 cuando los guerreros de la Cruz y las tropas sarracenas, estas últimas lideradas por Al-Azraq, se disputaron las tierras de la actual Alcoy.
Fueron las distintas facciones y linajes del ejército de la Cruz las que recorrieron desde el alba las calles de la ciudad para mostrar su valor y su compromiso de defender el castillo ante un pueblo que ya sentía la amenaza sarracena.
Si hace unos 800 años los pobladores de estas tierras tuvieron que huir, esconderse o luchar, los de ahora se asomaban a los balcones y preparaban sus cámaras fotográficas para vivir el momento.
Cruzados, asturianos, hijos del Cid, vascos, navarros y labradores, entre otras agrupaciones -conocidas en Alcoy como «filaes»-, simbolizaron la concentración de fuerzas cristianas que en 1276 se produjo de la entonces Villa de Alcoy ante la amenaza sarracena.
Ataviados con cascos, espadas y escudos; arcabuces, corazas de malla y botas, y algún que otro puro encendido, los cristianos esperaron la llegada del ejército moro.
La Media Luna se asomó a la ciudad. Timbaleros y clarines anunciaron su entrada. Berberiscos, abencerrajes, benimerines y mudéjares, así como otros ejércitos moros, se prepararon para el momento.
Aunque se percibía la batalla, ésta tendrá lugar mañana cuando ambos ejércitos quemen cerca de 2.260 kilos de pólvora en un enfrentamiento sólo de sonido y humo.
Los cristianos perderán por la mañana la villa y el castillo, pero horas después, tal como marca la tradición festera y, lógicamente, la historia, los recuperarán.
No obstante, también como marca la tradición, para alcanzar este logro necesitarán la ayuda de San Jorge, de ahí que hoy los festeros dediquen su jornada al patrón de la ciudad.
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