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Cuartos de baño mixtos para niños «transgénero»

Los colegios valencianos deberán permitir a sus alumnos usar los aseos y los vestuarios según el sexo con el que se identifiquen.

Cuartos de baño mixtos para niños «transgénero»
Cuartos de baño mixtos para niños «transgénero»larazon

Los colegios valencianos deberán permitir a sus alumnos usar los aseos y los vestuarios según el sexo con el que se identifiquen.

La Consejería de Educación de la Generalitat ha aprobado un protocolo que consiste en la adopción de ciertas medidas para «favorecer la inclusión educativa, asumir la igualdad y la diversidad como valores capitales e irrenunciables, de forma que todas las personas que conforman la comunidad educativa respeten y hagan respetar los derechos humanos». En particular, se trata de garantizar la no discriminación y la integración de los alumnos transgénero. Entre ellas, una de las medidas más destacadas es que estos niños y niñas podrán elegir el cuarto de baño y vestuario con el que se identifiquen.

El protocolo, que entró en vigor ayer tras haber sido publicado en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, se aplicará en los colegios públicos de la Comunidad, pudiendo sumarse a la iniciativa los demás centros de enseñanza que lo deseen. Los alumnos afectados podrán acogerse a él para llevar una indumentaria y hacer un uso de las instalaciones de la escuela –en particular de los baños y vestuarios– que se adecúen al género con el que se identifican. Asimismo, el centro se compromete a hacer coincidir la documentación relativa a cada estudiante con el nombre y el sexo con que él se reconoce, aunque, por cuestiones administrativas, es imperativo que el cambio conste en el Registro Civil.

De esta manera se pretende «facilitar la construcción de su identidad y la participación activa en la vida del centro, de forma que sienta la pertenencia real al grupo de iguales, al centro y al entorno», así como prevenir los casos de ‘‘bullying’’ que a menudo padecen las personas transgénero. El coordinador de igualdad supervisará las actuaciones y la aplicación del protocolo, que prevé también la posibilidad de que el proceso de transición de género tenga lugar durante la estancia del alumno en el centro, un supuesto en el que la atención del coordinador se acentuará especialmente. Además, la disposición prepara a los formadores y al equipo docente para hacer frente a estos casos. En palabras de la administración educativa, «ayudará a los equipos directivos y a los orientadores de los centros a tratar la identidad de género, la expresión de género y la intersexualidad a los centros educativos como opciones sociales normalizadas y ayudará a prevenir casos de acoso escolar».

La cuestión que genera la división de opiniones es la del acceso a los baños y vestuarios de uno y otro sexo, como ya ocurrió en mayo en países como Estados Unidos y recientemente en Londres, que preocupa principalmente a los colectivos de padres de alumnos. ¿Están los alumnos preparados para afrontar estos cambios?

Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) aplauden la iniciativa. «En principio, cualquier persona ya debería tener derecho a elegir el cuarto de baño en el que entra en función de cómo se siente, no en función de cómo los visualicen los demás. Que los niños y niñas puedan elegir su nombre, cómo vestir... Eso es lo que debería ser normal, no lo contrario», afirma a LA RAZÓN José Luis Pazos, presidente de Ceapa. En su opinión, esta medida se toma en el momento exacto, durante la infancia, pues con gente más mayor «es más difícil cambiar de hábitos. Se trata de un cambio que es más fácil llevar a cabo desde la escuela, desde que los niños son pequeños», subraya.

«Hay que ser muy respetuoso con los niños transexuales», explica el psicólogo y ex defensor del Menor Javier Urra. «Sufren muchísimo porque su identidad –que no hay que confundir con su orientación sexual– no coincide con su cuerpo», añade. De hecho, le «consta la expulsión de algún niño y niña debido a que los colegios y las asociaciones de padres se han sentido incómodos con la situación. Ahora, se está teniendo más sensibilización».

En cuanto a la medida de los cuartos de baño en los colegios públicos, Urra se plantea una duda: «La pregunta es: ¿cómo lo van a vivir los otros? Cuando una niña que se siente niño, o viceversa, vaya al cuarto de baño del género con el que se identifica, ¿los chavales de ocho años lo van a admitir bien? Pueden surgir dificultades», explica. De ahí que, al final, sea una cuestión de prioridades: «O priorizamos que el niño o la niña vaya al cuarto de baño que quiera, o priorizamos el sentimiento del resto», dice Urra. De ahí que el protocolo adoptado por la Comunidad Valenciana le parezca «un poco forzado».