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Tebas no desvela qué futbolista le confesó el amaño del partido

El presidente de la Liga, abogado de profesión, dice que considera al futbolista que le advirtió del amaño como un cliente amparado por su secreto profesional

El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, a su llegada a la Ciudad de la Justicia
El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, a su llegada a la Ciudad de la Justicialarazon

La presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, no quiso desvelar ayer el nombre del futbolista del Zaragoza que le confesó el amaño del partido Levante-Zaragoza, en 2011, que propició que el equipo maño no descendiera de categoría esa temporada.

Tebas acudió ayer a declarar como testigo en el juicio que se sigue por el presunto amaño de dicho encuentro.

Dicho futbolista acudió a su despacho de abogados por otro asunto y charlando con Tebas le confesó el amaño del partido por el que los jugadores del Levante se dejaron ganar por los de Zaragoza para evitar así el descenso de este equipo a la segunda división. Tebas le advirtió de la gravedad de los hechos y le dijo que los denunciara. El futbolista «encomendó» al abogado, entonces vicepresidente de la Liga, que denunciara él los hechos, «porque si no seré un chivato y no volveré a jugar a fútbol y aun tengo mucha vida por delante».

Tebas explicó que el amaño de los partidos era «un run run que sonaba hace tiempo», e incluso explicó que él denunció amaños en 2003 «pero no pasó nada porque entonces no era delito».

Tebas dijo que también el presidente entonces del Deportivo de La Coruña, César Lendoiro, le advirtió del amaño del partido antes de que se jugara, y dijo que él se lo comunicó al presidente del Levante, Quico Catalán, algo que éste negó más tarde.

Además, Tebas dijo mantener una reunión con un tal «Fernando» en el puerto de Estepona que le confesó que le habían pedido que amañara los partidos del Zaragoza.

Los abogados defensores de los futbolistas imputados, para algunos de los cuales el fiscal pide hasta dos años de cárcel, criticaron, cuestionaron e incluso formularon una queja porque consideraron que Tebas, en calidad de testigo, no puede invocar el secreto profesional respecto de un «cliente» al que no presupuestó, facturó ni cobró los servicios.