Comunidad de Madrid
Cristina Cifuentes, cercana y progresista de convicción
Cuando tras su terrible accidente el verano pasado, que la tuvo al borde de un final inesperado, Cristina Cifuentes pudo hablar con sus amigos, lo tenía claro: «Ahora sólo me importa la vida». Pero esta mujer rubia y atractiva, forjada en las filas del PP y progresista de convicción, se levantó con fuerza, desarrolló una labor incansable en la delegación del Gobierno y afrontó momentos duros de movilizaciones radicales en la calle, incluso con agresiones personales. «Aquí hay mucho que hacer y yo no voy a parar», decía Cifuentes en todo momento.
Curiosamente, es la suya una vida política ligada a Esperanza Aguirre e Ignacio González, a quien hoy sustituye ya en la carrera por la presidencia en la Comunidad de Madrid. Como delegada del Gobierno entabló una buena relación con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su designación por Rajoy demuestra que conecta muy bien con ese electorado de centro izquierda, aún indeciso, entre los votantes madrileños. Bloguera a ultranza, tertuliana donde la llamen y firme en sus planteamientos, representa ese espectro de electores profesionales y transversales. La pasada semana, en la Catedral Castrense madrileña, presidió el funeral por su padre, un eminente jurista que le enseñó la pasión por las leyes. Mujer moderna, accesible y cercana, es el contrapunto para otra fémina como Esperanza Aguirre, de carácter más conservador.
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