Política

Comunidad de Madrid

El dolor de Adrián que alivia Zenit

Este perro participa en el programa pionero “Huellas de Colores” que reduce la ansiedad de los niños de la UCI

Adrián, uno de los pequeños ingresados, en compañía de Zenit, que aprovecha cualquier oportunidad para sacarles una sonrisa / Foto: Gonzalo Pérez
Adrián, uno de los pequeños ingresados, en compañía de Zenit, que aprovecha cualquier oportunidad para sacarles una sonrisa / Foto: Gonzalo Pérezlarazon

Este perro participa en el programa pionero “Huellas de Colores” que reduce la ansiedad de los niños de la UCI.

La Unidad de Cuidados Intensivos Pedriáticos del hospital 12 de Octubre ya no será tan sombría para los pequeños internos. «Huellas de Colores», un proyecto piloto nacido de la colaboración entre este centro, la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos y la Asociación PsicoAnimal, está logrando aportar una chispa de color a la vida de los niños ingresados en la unidad más crítica. A través de esta innovadora terapia, profesionales y especialistas asisten con perros a niños ingresados en la UCI pediátrica, con el fin de mitigar el dolor y la ansiedad que padecen.

Zenit, un golden retriever de seis años rescatado de la calle y entrenado para dar cariño a los pequeños, visita, desde hace dos meses, las salas de la UCI del hospital. Una vez por semana y durante dos horas, se deja acariciar por los niños, juega con ellos y les arranca una inmensa sonrisa. Zenit, al igual que estos niños, no está sano, padece una displasia de cadera que le impide andar correctamente.

Rocío Fernández, psicóloga de PsicoAnimal, explica: «Creemos en perros rescatados que están viviendo una segunda oportunidad, con discapacidad, cada uno es especial a su manera, al igual que estos pequeños».

«Huellas de Colores» es una terapia pionera en España, que sin embargo, ha sido bastante empleada desde principios del siglo XXI en Estados Unidos e Italia, donde, desde hace diez años, apuestan por un programa de intervenciones asistidas con animales. Ahora, es el 12 de Octubre el primer centro español en constatar la eficacia de este tipo de terapia. «El dolor que sufren ha disminuido hasta tres puntos y el miedo y la ansiedad se han reducido considerablemente», explica Juan Ignacio Sánchez, jefe de sección de la UCI pediátrica. «A lo largo de los años nos hemos dado cuenta de que hay actitudes que curan más que la medicina clásica. Como es el caso de esta terapia».

Entre estos pequeños, cuya casa es la sala de estar de la Unidad de Pediatría, vive Adrián, que con apenas 8 años, solo posee un riñón y padece linfoma de Burkitt –un tipo raro de cáncer sanguíneo–. Su caso es el más grave de toda la UCI pediátrica y, a día de hoy, ningún especialista sabe darle una respuesta a su padre David. Desconocen el porqué de las numerosas y graves enfermedades que padece su hijo. Además de cáncer, Adrián sufre una displasia fibromuscular, lo que le ocasiona una presión arterial alta y por tanto, su tensión se descontrola. Sus padres no sabían identificarlo: «Llegamos a pensar que era hiperactivo», afirman.

Pero no todo son malas noticias. El trombo que se había desarrollado en una de las venas del cerebro del pequeño y que era causante de un dolor terrible por fin desapareció por completo el pasado lunes. Sin embargo, Adrián deberá de seguir con su dosis de seis pastillas diarias, aunque, mientras tanto, Zenit seguirá vistándole y recordándole que su salida del hospital y su sueño de ser futbolista, se ven más cerca: «Mi jugador favorito es Asensio», esgrime mientras acaricia a su amigo peludo.