Parla
La huelga de basuras dinamita al PSOE de Parla
Las graves consecuencias que la huelga en el servicio de recogida de basuras de Parla está teniendo sobre la ciudad han precipitado la guerra que, de forma más o menos soterrada, venían librando las distintas familias que integran el Partido Socialista de esta localidad. La situación de ruptura es tal que la alcaldesa, Beatriz Arceredillo, sólo cuenta con el respaldo de uno de los once concejales del PSM, el primer teniente de alcalde, Ángel Sánchez. Liderados por el ganador de las primarias y candidato a las próximas elecciones municipales, Pablo Sánchez Pastor, los otros nueve ediles, divididos entre «tomasistas» y «frailistas» –en función de su mayor proximidad a Tomás Gómez o a su sucesor en el cargo, José María Fraile– han hecho frente común contra Arceredillo.
Aunque ya desde hace semanas la fractura no ha hecho más que agrandarse, ayer ninguno de los protagonistas quiso ocultar una situación que, para muchos vecinos, es ya insoportable. En una comparecencia ante los medios, Pablo Sánchez Pastor –hombre de confianza de Tomás Gómez en la ciudad– censuró gravemente la actuación de la alcaldesa durante la huelga: «Como personas responsables de un gobierno, lo que no se debe hacer es tomar medidas unilaterales sin contar con una empresa a la que se debe dinero». El segundo teniente de alcalde la echó también en cara no «haber negociado todo lo posible» para acabar con el conflicto y no haber contado con sus propios compañeros: «Echamos de menos el acento en la negociación ya que tiene a todo un equipo a su disposición para la gestión adecuada de un conflicto que no es nada nuevo, porque pasa en montones de municipios».
«La regidora no escucha»
Otro de los reproches del candidato a las próximas municipales tiene que ver con la petición que le ha formulado a la propia Arceredillo para reunirse con ella para poder resolver el conflicto: «Aunque la convocatoria estaba respaldada por nueve de los once concejales, la regidora no ha acudido a escuchar las propuestas del resto de ediles. No podemos seguir consintiendo los perjuicios que se están derivando a los ciudadanos. La alcaldesa tiene que llegar a acuerdos viables con la empresa», sostenía Sánchez Pastor a través de su perfil en las redes sociales.
La alcaldesa no rehuyó el enfrentamiento y su respuesta no se hizo esperar. Arceredillo reconoció «tener al enemigo en casa», no haber hablado con Tomás Gómez desde que accedió a la alcaldía y culpó del conflicto con la concesionaria de la recogida de basuras al anterior alcalde, José María Fraile: «Yo he heredado una situación que viene de antaño y estoy poniendo de mi parte para solucionarlo». Del mismo modo, reconoció motivaciones políticas detrás de los actuales paros ya que, según le consta, «hay muchos trabajadores que cumplen con la huelga porque han sido amenazados». Echó en cara a sus compañeros de bancada estar detrás de «comportamientos y comentarios poco leales y éticos» y, por último, se defendió de los ataques de su número tres en el consistorio, Pablo Sánchez Pastor, al subrayar que ella convocó una reunión para solventar la situación de huelga en la mañana del día 5 de enero a la que su compañero decidió no acudir, tal y como reconoció en una entrevista concedida a la Cadena Ser. También la decisión de Arceredillo de recurrir a la empresa pública Tragsa para que proceda a la limpieza de los puntos sensibles del municipio, como el entorno de los colegios y los centros de salud, se ha convertido en un elemento de fricción entre ambos sectores. Sánchez Pastor lo calificó como una solución «temporal» al tiempo que abogó por poner el acento en lo realmente importante, que es llegar a una solución «permanente». La alcaldesa defendió esta medida para garantizar unos niveles mínimos de salubridad: «Lo que queremos es que Parla esté limpia». Por su parte, los representantes de los trabajadores de la UTE Garbialdi-Sadifer aseguraron ayer que la contratación de la empresa pública Tragsa vulneraría su derecho a huelga si finalmente se produce: «Que la cantidad que vayan a pagar a Tragsa nos lo ingresen a nosotros según corresponda y empezamos a trabajar», sugirió César Martín, portavoz del comité de empresa de Garbialdi-Sadifer, que insistió en que los servicios mínimos se están cumpliendo, con el 50 por ciento en días laborales, «también en las isletas sensibles próximas a centros de salud y colegios».
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