Política

Manifestaciones violentas

Los interrogantes de la investigación policial

La Razón
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¿Quedaron por whatsapp?

Una de las partes más importantes de la investigación se centra ahora en conocer cómo se citaron ambos grupos radicales. La Policía no contempla que fuera un encuentro casual ya que ambas hinchadas iban, al parecer, preparadas para una «guerrilla urbana», armados y con intención de llevar hasta el límite la violencia. Expertos en la lucha contra la violencia en el deporte aseguran que los cabecillas de estos hooligans suelen provocarse a través de las redes sociales (Twitter o Facebook pero a través de mensajes privados) en función del calendario de la Liga de Fútbol. Suelen además «cobrar deudas» de hinchadas de otros clubes de la misma «ideología». Así, si los Bukaneros (quizás el grupo más peligroso ahora) han tenido problemas con los del Frente Atlético (de extrema derecha) y el próximo fin de semana el Atlético de Madrid juega en La Coruña, serán los Riazor Blues (extrema izquierda) quienes salden la deuda.

¿Por qué no hubo dispositivo policial?

Ningún organismo detectó las intenciones de ninguna de las dos hinchadas radicales. Al parecer debe ser el club que viaja (en este caso el Deportivo de la Coruña) quien debe informar de los desplazamientos de sus aficionados al coordinador de seguridad del mismo, que es un policía nacional. En este caso no ocurrió y, por tanto este coordinador no avisó a su homólogo en el Calderón, según establece la Ley 19/2007 contra la violencia en el deporte. La Brigada de Información tampoco detectó las intenciones de los radicales de ambas ciudades de enfrentarse. Algo que es habitual desde que quedó en desuso el Observatorio contra la Violencia en el Deporte, creado precisamente tras la muerte del Aitor Zabaleta.

¿Se juzgará un delito de odio?

El caso, que ya está judicializado, será determinante de cara a los clubes y la eterna polémica acerca de por qué siguen dejando pasar a grupos ultras a sus gradas. Lo primero será conocer el resultado de la autopsia que se le practicará al fallecido a lo largo de la mañana de hoy. La causa de la muerte es importante porque Francisco Javier Romero fue golpeado y posteriormente tirado al río Manzanares. Será crucial que exista un video que acredite que le tiraron al agua. Porque si éste no se presenta y la causa última es la muerte por hipotermia no se imputaría un delito de homicidio al o los autores. Si la autopsia determina que las heridas que presentaba en la cabeza eran mortales de necesidad, sí se les imputaría homicidio ya que los autores iban con la intención de agredir. La Fiscalía será muy importante para imputar un delito de odio, no un cotidiano asesinato, ya que el enfrentamiento se produjo por motivos ideológicos.