Madrid

Carmena, contra las terrazas del barrio de Salamanca

Los hosteleros de la Milla de Oro critican la «caza de brujas» del Ayuntamiento tras subir las tasas a los veladores casi un 60%, frente a la bajada generalizada en el resto de distritos. Muchos se plantean el cierre

Los propietarios de veladores se sienten asfixiados por las tasas
Los propietarios de veladores se sienten asfixiados por las tasaslarazon

Los hosteleros de la Milla de Oro critican la «caza de brujas» del Ayuntamiento tras subir las tasas a los veladores casi un 60%, frente a la bajada generalizada en el resto de distritos. Muchos se plantean el cierre

Los propietarios de terrazas del barrio de Salamanca se sienten asfixiados por la presión del Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena. Si hace dos años, cuando el Gobierno de Ahora Madrid acababa de llegar al consistorio, ya vivieron la ofensiva del concejal del distrito (el ex okupa Pablo Carmona) a base de exhaustivas inspecciones semanales –que, en algunos casos, podían considerarse acoso–, ahora les duplican las tasas por montar veladores en la vía pública. Si ya entonces les analizaron con lupa cada silla o sombrilla y cada minuto «regalado» (no podían montar antes de las 10:00 horas), la actualización del Índice Fiscal de Calles, que fija las categorías de las vías públicas en función de su relevancia económica, les ha caído como un jarro de agua fría y denuncian el especial ensañamiento que ejerce el Ejecutivo de Carmena contra esta zona de la capital.

El problema es que lo que pagan estos establecimientos por que sus clientes disfruten de su consumición sentados al aire libre depende de los metros cuadrados de espacio público que ocupen y de la calidad del mismo establecida por su índice fiscal.

«Se creen que porque tengamos un bar en el barrio de Salamanca somos más pudientes y tienen derecho a cobrarnos más», asegura, enfurecida, Blanca, dueña de un conocido bar de Serrano llamado La Vanduca, después de enterarse de que este año las 18 mesas de su terraza costarán más del doble que el año anterior.

Y es que, en aplicación de este Índice Fiscal de Calles, (que se había actualizado por última vez en 2009 y en diciembre del año pasado se aprobó su revisión) las tasas subirían en el barrio de Salamanca un 58,5%. También subirán un 40,2% en Chamartín y un 5,7% en Retiro. Sin embargo, no ocurre lo mismo en los 18 distritos restantes de la capital, en los que el precio por instalar una terraza se reducirá desde el 3,9% menos en Hortaleza hasta la rebaja del 78,6% registrada para los bares y restaurantes del distrito de Arganzuela.

El agravio comparativo para los hosteleros de estos tres distritos y, muy especialmente para los de Salamanca, que son los peores parados, es evidente.

Esta subida de impuestos para Blanca es «realmente horrible» porque, además de los gastos que conlleva mantener un negocio, esta propietaria siente que por estar situado en esta zona «pronto me cobrarán hasta por respirar». Este incremento en las tasas de las terrazas no es el único problema con el que tiene que lidiar la empresaria. La Vanduca sólo lleva dos años y medio abierto pero ella ha estado más años como hostelera en otro local de la zona y asegura que desde que Ahora Madrid está en el poder «el acoso» que reciben es «increíble», asegura.

«Que hagan inspecciones está bien, yo lo tengo todo en orden y no me importa, pero que se aclaren porque cada mes me dicen una cosa». «No sabes con qué nueva historia te van a venir en la próxima inspección». Y es que, según Blanca «llega un inspector y te dice que no hay problemas en poner, por ejemplo, una lámpara, y al mes siguiente vienen a poner pegas».

No es la única afectada. A pocos metros de Serrano, en la Calle Ortega y Gasset, se encuentran Claudia y La Sala Manca, un pequeño bar de su propiedad que adquirió hace apenas un año y medio. No sabía nada de esta subida de tasas y, al enterarse, su semblante se volvió mucho más serio. Tiene pocas mesas en la acera pero ya «cuesta mantenerlas», confiesa. Si este incremento es inminente, Claudia tendría que replantearse si es rentable mantener las cinco mesas que tiene en la calle ya que «al ser tanto dinero probablemente tendría que olvidarme de ellas», asegura esta propietaria que, con menos de dos años en el negocio, ya va a tener que experimentar una subida de casi el 60 por ciento.

En la misma línea se manifiestan, aunque desde el anonimato, aquellos que ya han recibido varias multas por «tonterías» desde el Ayuntamiento y que están hartos de que todas las subidas recaigan sobre este barrio. Es el caso del dueño de un reconocido bar de Diego de León que considera «escandalosa» esta subida pero prefiere no dar su nombre ni más detalles porque dentro de poco tendrá que «negociar con ellos –el Ayuntamiento– y no quiero represalias», dice mientras recoge de la mesa un gran taco de multas con las que se ha topado en estos últimos meses.

Otros, como Eugenio Ronda, encargado del bar Bulevar 54, prefieren afrontar esta medida con resignación. «Ellos son los que mandan, son los sheriff, tendremos que comernos el marrón». Eugenio lleva nueve años al mando de este concurrido bar situado en Diego de León pero desde hace alrededor de dos siente que con todas las «trabas» que pone el Ayuntamiento «no nos dejan trabajar». De hecho, gran parte de su resignación asegura que viene porque, aunque se quejen y protesten, «nunca nos han hecho caso», dice este empresario algo cansado de la situación que vive día a día en su negocio y que, por el momento, no parece tener ninguna solución inminente y con la que estén conforme la mayoría de empresarios de esta zona de Madrid .