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La hora del autoconsumo, por fin, ha llegado
Si en algún momento ha sido fácil y posible el autoconsumo de energía eléctrica con placas solares fotovoltaicas, ese es ahora
Las circunstancias que se dan actualmente en nuestro país para quien se haya planteado alguna vez optar por esta posibilidad para abastecer su hogar de electricidad limpia y ahorrar en la factura al mismo tiempo, hacen de este el momento para tomar ese camino. Que, además, permitirá a quienes lo hagan contribuir de manera activa y directa a la acción climática y ser parte del modelo de transformación energética desde su propio hogar.
A la abundancia de uno de los recursos naturales renovables más abundantes de España, como es el sol, del que goza en tantísimos días y horas al año, -entre 2.000 y 3.000-, hay que sumar la rentabilidad que reporta el dejar de consumir electricidad procedente de la red eléctrica justo en las horas en las que los precios están por las nubes, la compensación económica que se recibe al verter a la red la energía producida y no consumida, la reducción de algunos impuestos municipales y la revalorización del inmueble.
Pero, seguramente, sea el factor más novedoso de este momento el que pueda ayudar más a convencerse a quienes ya estén con la idea en la cabeza: la inversión anunciada por el Gobierno de España de 1.320 millones de euros destinada a financiar instalaciones de autoconsumo, equipos de almacenamiento de energía y sistemas de climatización con energías renovables. Una inversión que hay que situar en el contexto del Pacto Verde Europeo, que tiene el objetivo de convertir a Europa en un continente neutro en emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2050.
Estas ayudas pueden llegar a suponer un promedio del 40 por ciento del coste de cada instalación y su gestión y distribución estará a cargo de las comunidades autónomas Además, la mayoría de los municipios bonifican, bonifican impuestos como el IBI o el ICIO durante 3-5 años con descuentos de hasta el 50 por ciento, lo que maximiza el ahorro y el retorno de la inversión. Y, si pensar en estos trámites puede echar para atrás a alguien, hay empresas como Endesa X que los gestionan todo directamente.
A modo de repaso y yendo por partes, una instalación fotovoltaica para autoconsumo consta de una serie de componentes en el que las placas solares son la base de todo. Son paneles formados por células fotovoltaicas de silicio que, al recibir los rayos del sol, provocan una serie de reacciones que les permiten transformar la radiación solar en energía.
Otros componentes del equipo son el inversor, que transforma la corriente continua que se recibe de las placas en corriente alterna, que es la que se usa en el hogar, y el contador, que contabilizar la energía que fluye en una instalación fotovoltaica en ambos sentidos, para así poder determinar cuánta energía se consume de la red eléctrica y cuánta de la generada en su instalación.
A este equipo básico se puede añadir una batería para acumular la energía no utilizada durante las horas de sol y poder usarla después, lo que permite que la instalación sea más eficiente y maximiza la rentabilidad al aumentar el nivel de aprovechamiento de la energía solar. En este caso, habrá también un controlador de carga que regula el nivel de energía que reciben las baterías, para evitar que se sobrecarguen, y un inversor que es el que regula los flujos de energía, según se utilice la autoproducida o la de la red.
Las placas solares se instalan en los tejados de las viviendas, al ser la zona en la que da el sol más tiempo en casi cualquier casa, y con que dispongan de una superficie mínima de 10 metros cuadrados será suficiente, además de que no será necesaria ninguna modificación estructural en el edificio.
La energía generada se usa directamente en el consumo normal del hogar y, si los paneles producen más electricidad de la que se consume, esta se puede o bien verter a la red, y obtener una remuneración por ella, o bien almacenar en baterías para ser usada más adelante.
La vida útil mínima de los equipos es de al menos 20 años, aunque puede alargarse hasta los 40, y apenas necesitan mantenimiento al no haber elementos de desgaste o mecánicos: solo limpiarlas una vez al año y renovar el inversor cada 10 o 15 años,
Alejandro Sánchez, responsable de Producto Solar Fotovoltaica de Endesa X, explica que «tenemos una solución que incluye el estudio y análisis de viabilidad de cada proyecto, que dimensionamos adecuadamente, y a partir de ahí se hace el montaje. También nos ocupamos de la gestión administrativa y documentación, incluida la gestión de las subvenciones procedentes de los fondos europeos. En definitiva, gestionamos todo el proceso desde el inicio hasta su puesta en funcionamiento para que el cliente no se tenga que ocupar de nada».
El coste de una instalación para autoconsumo, «para particulares en una vivienda unifamiliar, que es en lo que estamos focalizados, de promedio está en unos 5.000 euros. Las hay menores y mayores, claro, de 4.000 y de 10.000. Pero esta sería la más habitual, y es para un consumo medio de 4.500/5.000 kWh al año, y pueden producir un ahorro al año de entre 400/500 euros».
Para Sánchez, la clave para obtener el mejor resultado de la instalación de estas características «es ajustar su dimensión al consumo del hogar, para que se pueda aprovechar y autoconsumir al máximo toda la energía que generamos a partir del sol, que es limpia, gratuita e inagotable». Pero hay otra cuestión importante como es «adaptar los hábitos de consumo del hogar, de manera que se realicen las tareas que requieran electricidad en las horas de sol, para evitar comprar energía a la red, más con la situación actual de precios. Por eso, los proyectos que hacemos son muy personalizados y muy ajustados al consumo de cada familia».
Aunque, en el caso de las instalaciones que incorporan baterías, «al poder almacenar la energía que se genera en horarios en los que el consumo es menor, podemos usarla por la noche. Lo que supone un respaldo mayor. Para hacernos una idea, si en un autoconsumo sin baterías se puede ahorrar un 30/40 por ciento de la factura, con una batería se puede llegar a un 60/70 por ciento de ahorro, porque reduciríamos al mínimo la cantidad de energía que tenemos que comprar a nuestra comercializadora».
Ocurre que incorporar baterías a una instalación incrementa notablemente los costes, «prácticamente se dobla la inversión y, por tanto, el plazo de amortización de la instalación. Ahora bien,- destaca Sánchez-, con las subvenciones previstas ya es mucho más interesante. Porque también se pueden aplicar a las baterías y suponer hasta el 50 por ciento».
Precisamente, y hablando de las subvenciones, «por primera vez estamos ante un plan nacional de estas características, dedicado a un programa para incentivar, no solo el autoconsumo, sino también, y precisamente, el autoconsumo con baterías, además de la climatización con equipamientos basados en renovables. Son 1.320 millones de euros, como parte del macro plan de inversiones de más de 140.000 que España va a recibir de los fondos europeos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia».
El plan ya es efectivo, «son las comunidades autónomas quienes van a gestionar estas subvenciones y ya han recibido la mitad del importe. Algunas ya han publicado sus bases, los requisitos, la documentación necesaria, etc. Y falta que se abran las convocatorias para que se puedan solicitar. Se espera que la mayoría de las comunidades autónomas lo hagan entre diciembre y enero, que estarán abiertas hasta el final de 2023».
Sánchez tiene asumido que «quizá no sea un trámite rápido, porque, por las previsiones que tenemos en el sector, se espera una avalancha de solicitudes de instalaciones de autoconsumo. Unas 100.000 en dos años, cuando ahora se están tramitando, en el segmento residencia, alrededor de 20.000 al año. Pero es lógico, porque es una situación verdaderamente excepcional. Es el plan más ambicioso de la historia en cuanto a subvenciones para este fin y esperamos que esta vez sí sea un verdadero estímulo para que el gran público dé el salto a la energía solar».
No obstante, para un usuario de a pie, «es complicado afrontar esos trámites. Justo por eso nosotros, como compañía, vamos a dar también el servicio de gestión de subvenciones y nos encargamos de todo desde un departamento específico creado para ello. Desde realizar la solicitud de la subvención con el organismo de la comunidad autónoma correspondiente, entregar todos los documentos justificativos una vez ejecutado el proyecto por nuestros instaladores, hasta asegurarnos que se recibe el pago de la subvención. El cliente solo se va a tener que ocupar de estar al día con los tributos, no tener deudas con la Seguridad Social y no tener otras subvenciones similares. A partir de ahí nos encargamos nosotros como compañía instaladora».
Esta oficina técnica «tendrá un buzón a disposición de los clientes donde se va a poder consultar el estado de su subvención. Yo creo que, aunque es un proceso complejo, los clientes van a poder estar tranquilos, aunque van a tener que armarse de paciencia ya que los plazos de gestión se prevén largos».
Alejandro Sánchez, es optimista sobre cómo vaya a evolucionar el autoconsumo en España, porque «estamos en la mejor situación para ello, algo que no pueden decir todos los países. Aparte de ser el país que más horas de sol recibimos al estar al sur de Europa y contar con una red muy potente de instaladores en pleno crecimiento, estamos muy bien posicionados en la mayor parte de la cadena de valor de la industria fotovoltaica, considerando que hasta el 65% de los equipos se pueden fabricar en España. Además, según el último informe anual de UNEF, durante el 2020 la contribución directa de este mercado al PIB español fue de 3.700 millones de euros y de forma indirecta de 8.238 millones (un 0,67% del PIB). Adicionalmente gracias a este sector se movilizaron en España casi 60.000 empleos en 2020 que seguro se verán multiplicados tras todas las medidas dinamizadoras que hemos venido explicando».
De manera que, volviendo al principio, si se puede consumir energía limpia, ahorrar, si con las subvenciones se puede reducir notablemente el importe de las instalaciones, y si con ello se contribuye a la mitigación del cambio climático y a mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, ¿es o no es el momento del autoconsumo? Parece claro que sí.
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