Contenido patrocinado

Oportunidad

Las mujeres gallegas que convierten el aceite usado en «oro líquido»

Hay 187 estaciones de servicio en Galicia que recogen el aceite de freír usado. La cooperativa social Mulleres Colleiteiras lo recoge y tratan para que pueda convertirse en combustible renovable

Al aceite de cocina se le llama «oro líquido» cuando es de calidad. Una vez usado parece que pierda todo su valor, excepto para estas ocho mujeres gallegas. Con ese, hacen maravillas. Su labor es recogerlo, limpiarlo y depurarlo para que empresas especializadas como Repsol puedan convertirlo en una materia prima valiosa con la que crear combustible renovable. Se llaman Mulleres Colleiteiras (Mujeres Recolectoras, en castellano) y son una cooperativa social para la inclusión laboral de mujeres en riesgo de exclusión sociolaboral, autorizada para la recolección y gestión de este residuo en Galicia.

«Le damos una segunda vida al aceite usado y, a las mujeres, una segunda oportunidad», explica Sofía Vázquez, de 44 años, una de las trabajadoras que más tiempo lleva en la cooperativa. Los días de reparto, Sofía y su compañera arrancan la furgoneta a las 7:30. Otra pareja sale a la misma hora en un vehículo idéntico, pintado también de morado y naranja. De esta forma comienza la ruta que las llevará a recoger el líquido de bares, restaurantes y hoteles, además de centros comerciales y contenedores especiales para el aceite doméstico.

Hace poco sumaron 187 paradas más en su itinerario en Galicia. Pronto, serán 188. Se trata de los puntos de recogida situados en las estaciones de servicio de Repsol, donde la ciudadanía puede dejar su aceite usado para reciclar. «Se puede llevar en botellas de mínimo 1 litro y máximo 5 litros de capacidad», precisa José Manuel de Pedre, delegado de Repsol. Entregar este aceite, además, tiene beneficios para los clientes, ya que por cada litro se consigue 30 céntimos en saldo Waylet (la app de pago de Repsol).

La ampliación de los puntos de recogida, fruto del acuerdo con Repsol, «es un impulso y una alegría que nos va a permitir generar más empleo», manifiesta Vázquez. En las instalaciones de Mulleres Colleiteiras, el residuo se filtra. Después, Repsol lo recoge y lo lleva a complejos industriales, donde se transforma en combustible renovable.

Tratamiento del aceite de cocina usado en la nave de Mulleres Colleiteiras
Tratamiento del aceite de cocina usado en la nave de Mulleres ColleiteirasRepsol

Poca gente lo sabe, pero los combustibles con los que repostamos ya incluyen un 11% de combustibles renovables en 2024 por legislación europea. En 2026, deberá un mínimo del 12% e irá subiendo de acuerdo a lo que marca la ley. En España hemos tomado la delantera y hay estaciones de servicio de Repsol que suministran un 100% de combustible renovable, como la del municipio coruñés de Coirós. En toda la Península Ibérica, la compañía cuenta con más de 145 estaciones que surten combustible renovable. El objetivo es llegar a 600 a finales de este año y a 1.900 en 2027.

Proyectos como el de Mulleres Colleiteiras hacen posible darle esta segunda oportunidad al aceite y convertirse así en materia prima para la producción de combustibles renovables en España. Además crea nuevas oportunidades de empleo a mujeres como Sofía: «Una mala decisión fue dejar de estudiar y, después, fui madre muy joven, con 23 años. Me divorcié con 36 y ahí decidí emplearme en varios trabajos, porque con uno no me podía permitir pagar el alquiler y cuidar de mi hija. Ahora, he ganado tiempo con ella, calidad de vida, formación y que seamos referentes para muchas otras mujeres, no solo gitanas». Es así: «El aceite ha cambiado mi vida».

Un proyecto de LR Content