La red social de Rolls-Royce para los propietarios de coches de lujo

En un mundo digital, donde las redes sociales ocupan buena parte de nuestro tiempo diario, nace Whispers. Esta red emula los beneficios de participar en un club privado, donde los privilegiados participantes pueden enterarse antes que nadie de las experiencias y los nuevos automóviles lanzados por Rolls-Royce.

Una red sólo para unos pocos

¿El requisito para acceder a esta red social V.I.P? Comprar un coche nuevo de la casa. El integrante podrá compartir fotos y vídeos relacionados con el mundo de los coches de lujo de esta firma, así como conocer a otros entusiastas del motor. Pero no sólo eso. Los usuarios podrán estar en contacto directo con el servicio de atención al cliente para realizar cualquier pregunta o sugerencia. "Whispers ofrece experiencias transformadoras, productos raros y deseables, tesoros y avances exclusivos de Rolls-Royce seleccionados por Rolls-Royce y entregados directamente al alcance de nuestra comunidad global”, cuenta Torsten Müller-Ötvös, CEO de la empresa.

Historias inspiradoras para gente privilegiada

La red social Whispers muestra, además, una selección exquisita de destinos para los amantes de los lugares recónditos. También se les invita a eventos llenos de glamour y prestigio coordinados por Rolls-Royce para indagar más en el universo del motor. Con una serie de propuestas hechas a medida, los usuarios pueden comunicarse con un experto que les mostrará contenido dedicado a sus gustos particulares. La red ofrece también la posibilidad de acceder a una tienda exclusiva con una selección de productos de lujo, alineados con la filosofía de la marca.

El legado de Rolls-Royce

Los orígenes de la casa se remontan a 1904, cuando Henry Royce y Charles Rolls se cruzan en el camino. Royce fundó su propia fábrica de equipos eléctricos y mecánicos y presentó su primer automóvil en 1904. Por su parte, Rolls era un aristócrata que poseía un concesionario dedicado a la importación de coches de lujo franceses. Ni que decir queda que sentía profunda devoción por el mundo de los coches.

Rolls tenía un sueño: inventar un coche británico, distinto y más potente que todo lo que ya existía. Aquí fue cuando Rolls conoció a Royce. Ambos firmaron un acuerdo por el que Rolls podría vender todo lo que Royce fabricara. Y, a partir de este momento, todos los coches que consiguieron vender, pasaron a llamarse Rolls-Royce. Acababa de nacer una marca de automóviles con el lujo como seña de identidad.