Artistas
El arte occidental entra en Asia como reclamo para multimillonarios
“El guerrero”, la genial pintura de Basquiat, rompe todos los récords del mercado asiático al ser subastado por 35 millones de euros.
No suele entrar en una de las listas más trágicamente famosas de la historia, pero también lo merece. No solo Janis Joplin, Jim Morrison, Brian Jones, Jimmy Hendrix o Kurt Cobain fallecieron mientras transitaban los 27 años de edad y tenían al mundo rendido a su talento. A Jean-Michael Basquiat le sucedió lo mismo. Una sobredosis de heroína le dejó fuera de combate en Nueva York en el verano de 1988, a unos pocos meses de cumplir los 28 años.
Su inmensa capacidad artística siempre ha quedado fuera de toda duda y, tras su muerte, hacerse con alguno de sus originales exige un gigantesco desembolso económico. Pero ese interés siempre había llegado del mundo occidental, algo menos en Europa que en su natal Estados Unidos, pero en ambos lugares de manera muy importante.
Sin embargo, ahora esa atención también ha llegado al mercado asiático. Así, “El guerrero”, la genial pintura que Basquiat realizó en 1982, quebró todos los récords del mercado asiático al ser subastado por 35 millones de euros, en un evento organizado por Christie’s en Hong Kong. La propia firma internacional de subastas describió “El guerrero” como “un poderoso retrato que demuestra ampliamente por qué está considerado uno de los pintores más importantes del último medio siglo”.
Ese récord se circunscribe únicamente a subastas realizadas en Asia, ya que esos 35 millones de euros quedan aún bastante lejos de los 99 que pagó el magnate japonés Yusaka Maezawa en 2017 en Nueva York por otra pintura, sin título, del propio Basquiat. El segundo mejor registro del artista nacido en Nueva York y de origen haitiano y puertorriqueño se obtuvo en Christie’s en 2016 para otro cuadro de ese mismo año, también sin título, adquirido en 57,3 millones de dólares.
Se desconoce, por el contrario, la identidad del comprador de “El guerrero”, obra cumbre de la antología de Basquiat, en el que representa a un poderoso luchador que empuña una espada plateada. Muchos han visto en esta pintura un reflejo semiautobiográfico y una manera bellísima de denunciar la de la raza negra respecto a las demás.
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