Dormir a pierna suelta y con pleno lujo sobre las aguas cálidas del Mar Arábigo

Puro lujo en la meca del lujo. Esta puede ser una descripción certera del que es uno de los proyectos hosteleros más esperados de los últimos tiempos. El impresionante palacio flotante que la cadena turística alemán Kempinski proyecta en Dubái abrirá sus puertas en 2023 y se convertirá, con toda seguridad, en referencia mundial del turismo exclusivo. El increíble proyecto consta de un hotel flotante, situado en pleno Mar Arábigo, junto a la lujosa Jumeirah Beach Road, y de 12 villas que lo rodean, también instaladas sobre esas aguas cálidas.

“Estamos encantados de poder ofrecer a nuestros huéspedes en Dubái esta primera experiencia a partir de 2023 en adelante, combinando la reputación del destino como una ciudad de alta tecnología con la elegancia europea atemporal de los hoteles Kempinski”, ha reconocido Bernold Schroeder, director ejecutivo de Grupo Kempinski.

El edificio principal de este espectacular palacio flotante, estructurado en cuatro partes, está conectado en el centro por una pirámide de cristal y ofrece todos los lujos de un hotel de cinco estrellas en sus 156 habitaciones. Desde exclusivos restaurantes gourmet, bares, spa, piscinas hasta boutiques, áreas de banquetes e, incluso, un helipuerto para poder llegar al complejo hotelero también por el aire. Para quien se acerque hasta allí a través del agua también está previsto un puerto que dará cabida hasta a 16 yates de elevadas dimensiones.

“Es emocionante ver que por primera vez una marca del calibre de Kempinski gestionará un hotel flotante de tal magnitud, y estamos seguros de que nuestro hotel pronto será una de las principales atracciones turísticas de Dubái. Sin duda, ocupará una posición emblemática entre los hoteles flotantes de todo el mundo”, aseguró Mohamed El Bahrawy, CEO y fundador de Seagate Shipyard, la compañía encargada del diseño de un hotel flotante que marcará un antes y un después en el turismo de lujo en todo el mundo.

Solo quedan un par de años, por lo tanto, para que no solo destaquen los 828 metros del rascacielos Burj Khalifa, la construcción más elevada del mundo, sino que el encanto turístico de Dubái conquiste una nueva muesca en la carrera por la exclusividad del lujo. Un increíble y exclusivo hotel flotante será el gran culpable.