Vivienda

Fin a una de las ventas imposibles de Nueva York: 48 millones por una joya junto a Central Park

A finales de 2016, un imponente edificio se puso en el mercado por 84,5 millones; por algo más de la mitad ha supuesto la transacción inmobiliaria más cara del mes de septiembre.

Impresionante escalera del edificio neoyorquino.
Impresionante escalera del edificio neoyorquino.Agencias

Es el mercado, amigo”, reza uno de los mantras del capitalismo más exacerbado. Y lo es, generalmente, para justificar cualquier alza de precios, por muy artificioso que pueda parecer. Pero también, y este es el caso, una bajada radical y obligada en el precio de un bien. Es el sacrosanto juego de la oferta y la demanda.

Eso ha sucedido con uno de los inmuebles más complicados de vender de la historia de la ciudad de Nueva York y que, con inmensa bajada de precio incluida, ha supuesto la venta cerrada más importante de la capital del mundo en el pasado mes de septiembre.

En 2016 salió a la venta un fastuoso edificio situado en el Upper East Side, una de las zonas más caras de la Gran Manzana, en concreto en el número 8 de la East 62nd Street, a dos pasos del monumental Central Park. Por el increíble inmueble se pedían 84,5 millones de dólares. Han tenido que pasar seis años y constantes negociaciones frustradas para que la transacción se pudiera cerrar, y por mucho menos dinero, en concreto, por los 48 millones de dólares que ha pagado un comprador anónimo.

La casa ocupa casi 1.400 metros cuadrados, que se reparten en seis pisos, contando el spa de la planta baja, donde también hay una bodega con carpintería de roble personalizada, y que fue levantada en 1903 por el arquitecto John H. Duncan. Lo hizo inspirándose en las normas estilísticas del preciosista Beaux-Arts, el estilo clásico académico parisino que viajó hasta América a finales del siglo XIX y que pobló Nueva York de maravillosas construcciones durante el primer cuarto del XX.

El edificio fue adquirido por el matrimonio Rubinstein; Keith, promotor inmobiliario, Inga, una exmodelo rusa, en 2007 por 35 millones de dólares y, durante los años en los que han sido sus dueños, lo han reformado atendiendo al más mínimo detalle. Quizá uno de los más sobresalientes es que forraron con cuero de Hermès de color rojo las paredes de la sala de billar.

La propiedad ahora vendida, por cierto, sin amueblar, cuenta, además, con una impresionante terraza con jardines, que presenta una cocina al aire libre completa, junto con áreas para comer y descansar. La cocina principal, situada en la primera planta, posee una encimeras de mármol de Carrara y, en total, el edificio consta de cinco dormitorios principales, siete baños completos y cinco tocadores, además de una sala para fumadores, un ascensor interior y un completo gimnasio para mantenerse en forma.