Volvieron los dromedarios, los caballos y los Reyes Magos de Oriente lucieron imponentes con sus aterciopeladas capas. Madrid revivió ayer su Cabalgata más tradicional. A su paso, las caras resplandecientes de los más pequeños de la casa y también de los más mayores que, brazos en alto, consiguieron atrapar alguno de los 1.800 kilos de caramelos –con envoltorio biodegradable, sin gluten, sin azúcar y algunos blandos– que lanzaron los ayudantes de Sus Majestades y que llevaban en las bolsas reales. Con cerca de diez grados y el cielo despejado, miles de familias se agolpaban a ambos extremos de las calles desde Nuevos Ministerios hasta Cibeles para recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar, a los que algún niño a través de los pajes entregaba su carta de última hora. Hubo incluso alguno que se atrevió a portar una pancarta con el lema «Me he portado muy bien».

Las once carrozas que componían la cabalgata arrancaron en hora. Este año estaban basadas en la importancia que han tenido Sus Majestades en la historia y en las distintas culturas y etnias, por lo que los orígenes de Melchor, Gaspar y Baltasar (Persia, Armenia y Etiopía, respectivamente) se vieron reflejados en la gran caravana, que representó las culturas de las antiguas Europa, Asia y África.

La primera en hacer su triunfal entrada fue la la comitiva de Melchor que portaba veinte estandartes luminosos con su insignia. Unos caballos iluminados confeccionados con materiales hinchables formaban parte del séquito del Rey Gaspar a quien precedieron un grupo de ciervos brillantes y unos elefantes gigantes, tambores y hombres metálicos cerraban la comitiva de Baltasar.

Mientras, en Cibeles, dos ángeles esperaban la llegada de los Reyes suspendidos de dos esferas luminosas.

En la Plaza San Juan de la Cruz también se pudo disfrutar de una bella muestra ecuestre de la Policía Municipal, en la que 26 caballos y sus jinetes marcharon en círculos. En algunas carrozas se difundieron los valores de la solidaridad y respeto. El medio ambiente también fue protagonista. Varios grupos desfilaron con bicicleta, como la Policía Municipal y sus Agentes de Movilidad, la Empresa Municipal de Transporte y la Fundación Lukas-Sonrisas sobre Ruedas.

Guiados por la Estrella de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaban a la plaza de Cibeles. Varios cañones de nieve les recibieron. Allí se encontraban el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y la vicealcaldesa Begoña Villacís quienes les dieron la bienvenida entre aplausos al tiempo que repartían caramelos que previamente les habían dado los pajes. «No es la labor del alcalde decir nada hoy. Que los niños disfruten de los Reyes», dijo Almeida.

Un ejército de soldados de plomo precedía al espectáculo que amenizaban los bailarines de Jaime Puente con la música barroca de la Daserye. Antes de llegar al escenario un reportero de Telemadrid conseguía hablar con el Rey Melchor quien, al ser preguntado por el deseo para el nuevo año para los madrileños contestaba: «Paz, bondad y belleza». Una vez en el escenario tomaba la palabra para dirigirse a todos los niños y niñas: «Gracias por llenar las calles de Madrid con vuestra sonrisa. Y gracias a los mayores, sabemos por experiencia que nadie se siente tan alto como sobre los hombros de un ser querido». «Sois nuestra esperanza. Vuestra luz nos ilumina», añadió. Tras asegurar que habían leído las cartas de los pequeños, Melchor les hizo una petición: «Ayudadnos a cumplir la promesa de un futuro mejor, que seamos solidarios, que estemos al lado de quien se sienta solo y que nuestro mejor regalo sea un mundo más justo donde podamos convivir con nuestras diferencias». «Nunca dejéis de sonreír, no perdáis la magia de vuestra sonrisa. Hasta el año que viene Madrid», concluyó.

Por su parte, Martínez-Almeida, a quien acompañaban en el escenario además de Villacís, Pepu Hernández (PSOE), Ortega Smith (Vox) y Andrea Levy– no hubo presencia de Más Madrid– quiso agradecerles el viaje tan largo que habían hecho y les sorprendió con un roscón de Reyes que les entregaron los presentadores de Masterchef Jordi Cruz y Pepe Rodríguez. Un espectáculo piromusical puso fin a la cabalgata de este año.